El título con el que abro esta columna es muy fuerte, pero ya basta de medias tintas —o de ser tibios— para no opinar sobre la política en Estados Unidos. Hoy ese país vive una de sus crisis más severas por el consumo de las drogas. Hagamos un poco de memoria colectiva y política en esta columna.
Todavía recuerdo cuando “los agoreros del desastre” —alias el PRIAN— se rasgaban las vestiduras por que el expresidente Andrés Manuel López Obrador había saludado de mano a la mamá de Joaquín “El Chapo” Guzmán, en marzo de 2020. ¿Por qué abro la columna con esta información? Porque siguen con la misma cantaleta de que es un “narcogobierno” y ese es su único argumento. Ahora vayamos a lo profundo del análisis… Entonces ¿Donald Trump es un “narcopresidente” por darles refugio a 17 miembros de la familia Guzmán López en Estados Unidos? ¿O ese gobierno sí pueden negociar con criminales a cambio de información y eso no esta penado? En esta “negociación” hay muchos cuestionamientos. Me gustaría preguntarles a muchos de quienes están vinculados a los cárteles: ¿qué sienten al ver que los personajes por quienes ustedes dan la vida colaborar con Estados Unidos? Además, se van con todo y familia, dejándolos abandonados a su suerte… Como dice el dicho “Sálvese quien pueda”. Nuevamente me pregunto si vale la pena una guerra de facciones para que después los líderes se vayan, y los abandonen a su suerte.
Regresando al tema central: ¿quién le permite a Estados Unidos hacer tratos con los delincuentes y después darles canonjías? ¿Quién supervisa a Estados Unidos en su lucha contra las drogas? Los seguidores del PRIAN dicen que eso es hacer justicia, pero a mí no se me hace válido hacer “supuesta justicia” a través de testigos protegidos, porque ellos deciden qué información entregan y piden demasiadas condiciones para entregarla. Imagínense, jamás en la historia se había sabido que un delincuente se llevara a 17 integrantes de su familia a Estados Unidos, que por cierto mi querido lector, quienes están bajo el esquema parole, pero en cuanto obtengan todos los beneficios, les darán la ciudadanía, nuevas viviendas, nuevas identidades, y una cantidad de dinero mientras encuentran trabajo para volver a rehacer su vida. ¿Son justas estas medidas, mientras usted sigue padeciendo la inseguridad? Ya escucho a los agoreros del desastre —alias el PRIAN— decir que “Estados Unidos tiene derecho a hacerlo”. Entonces, ¿qué sentiría usted si el gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum detiene a un traficante de armas de Estados Unidos y le ofrece traerse a toda su familia con tal de que revele la información? Usted estaría pegando el grito en el cielo; si con los apoyos sociales se enoja, ahora imagínese con un caso así. Lea y vea usted si no es incongruente. Estados Unidos declaró ayer a un grupo del mismo cártel de Sinaloa como “terroristas”, pero dos días antes estaba recibiendo a la familia de un delincuente preso. ¿Dónde quedó su dicho de que “nosotros no negociamos con terroristas”? ¿Viven las familias de Osama bin Laden y Saddam Hussein en EE. UU.? Por eso les digo que la política de estadounidense es una hipocresía, quisieron denominar a los grupos delictivos en México como “terroristas” para poder intervenir en la soberanía de nuestro país; y después ellos mismos están negociando con la familia de los “terroristas”. Es una incongruencia.
Deberíamos exigirle al gobierno norteamericano que ya no les ofrezca refugio o asilo a las familias de los narcotraficantes. ¿A poco no es incongruente criminalizar a nuestros hermanos migrantes mientras les da refugio a la familia de los narcos? Es como si fuera el mundo al revés.
Las y los mexicanos sabemos lo difícil que es conseguir una visa para poder ingresar a los EE. UU. y a esas personas casi les ponen alfombra roja y caravanas. ¿Ya vieron como a Estados Unidos no le interesa colaborar con México para combatir la inseguridad? Lo que buscan es someter a esta bella nación, pues no lo lograrán, ¡porque a México se le ama y se le defiende!