El Bosque de Agua, una vasta extensión forestal que abarca aproximadamente 235,000 hectáreas entre la Ciudad de México, Morelos y el Estado de México, es fundamental para la sostenibilidad ambiental y el abastecimiento hídrico de la región central de México. Este corredor biológico incluye áreas como el Tepozteco, la Sierra del Chichinautzin, las Lagunas de Zempoala, el Ajusco, el Desierto de los Leones y la Sierra de las Cruces.
Los bosques desempeñan un papel esencial en el ciclo del agua. Actúan como esponjas naturales que absorben y filtran el agua de lluvia, permitiendo la recarga de acuíferos y garantizando un suministro constante de agua dulce. Además, regulan el flujo de ríos y arroyos, previniendo inundaciones y sequías. La vegetación forestal también contribuye a la calidad del agua al filtrar sedimentos y contaminantes.
Sin embargo, el Bosque de Agua enfrenta amenazas significativas, como la tala ilegal, la extracción descontrolada de recursos y los incendios forestales. Estas actividades no solo ponen en riesgo la biodiversidad de la zona, sino que también comprometen la disponibilidad de agua para millones de personas en la región. La expansión urbana de ciudades como Cuernavaca, Ciudad de México y Toluca ha incrementado la presión sobre estos ecosistemas, exacerbando su degradación.
Ante esta situación, las autoridades han tomado medidas para proteger y conservar el Bosque de Agua. Los gobiernos de la Ciudad de México, Morelos y el Estado de México, en coordinación con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), han firmado convenios de colaboración interinstitucional para reforzar la protección de esta área.
Mariana Boy, titular de la PROFEPA, ha desempeñado un papel crucial en esta iniciativa. Desde su nombramiento en octubre de 2024, ha impulsado estrategias integrales para combatir los delitos ambientales en la región. Boy ha enfatizado la importancia de la colaboración entre las autoridades federales, estatales y municipales, así como con las comunidades locales, para enfrentar eficazmente la tala ilegal y otras actividades que amenazan el Bosque de Agua.
Una de las acciones prioritarias bajo su liderazgo es la implementación de operativos de vigilancia y la aplicación de sanciones legales contra quienes realicen actividades ilícitas en la zona. Además, se busca promover modelos exitosos de aprovechamiento sustentable de los recursos forestales, como el pago por servicios ambientales y los subsidios de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), que incentivan a las comunidades a conservar y manejar de manera sostenible sus bosques.
La designación del Bosque de Agua como área natural protegida a nivel federal es una de las metas propuestas en este convenio. Esta categoría brindaría un marco legal más robusto para su conservación, permitiendo la implementación de políticas de manejo y protección más efectivas. Asimismo, se planea la realización de una cumbre en 2025, donde se discutirán estrategias adicionales para garantizar la sustentabilidad hídrica y la preservación de la biodiversidad en la región.
La protección del Bosque de Agua no solo es vital para el abastecimiento de agua potable, sino también para la mitigación del cambio climático, la conservación de la biodiversidad y la calidad del aire en la región central de México. Los bosques almacenan grandes cantidades de carbono, contribuyendo a la reducción de gases de efecto invernadero. Además, actúan como barreras naturales que amortiguan el impacto de las lluvias intensas, reduciendo el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra.
La participación activa de la sociedad civil es fundamental en estos esfuerzos de conservación. La sensibilización y educación ambiental, junto con la promoción de prácticas sostenibles, pueden fortalecer las acciones gubernamentales y garantizar la protección a largo plazo del Bosque de Agua. La colaboración entre autoridades y comunidades locales es esencial para implementar soluciones efectivas que permitan la conservación de este invaluable recurso natural.
En conclusión, el Bosque de Agua es un ecosistema esencial para la región central de México, proporcionando servicios ambientales cruciales, especialmente en términos de abastecimiento hídrico. Las acciones coordinadas entre las autoridades, bajo el liderazgo de la procuradora Mariana Boy, representan un avance significativo hacia su protección y conservación. Sin embargo, es imperativo mantener y fortalecer estos esfuerzos, promoviendo la participación comunitaria y la implementación de políticas públicas que garanticen la sostenibilidad de este vital ecosistema para las generaciones presentes y futuras.