El término interseccionalidad se volvió de uso común a partir de 1989, cuando fue utilizado por la jurista y profesora afroamericana Kimberlé Crenshaw. Luego, el aumento de interés por comprender mejor las desigualdades y discriminación que sufren las mujeres y poblaciones diversas ha popularizado la expresión en los últimos años, puesto que es una categoría que nos posibilita adentrarnos en las desigualdades dentro de la aparente igualdad. Podríamos decir que la interseccionalidad es la interacción entre dos o más factores sociales que definen a una persona, o grupos de personas —la identidad de género, la etnia, la ubicación geográfica, o incluso la edad– y que no afectan a una persona de forma separada. Las mujeres somos muy diversas, de diferente origen cultural, posición económica, nivel académico, color de piel y orientación sexual. Tomemos como ejemplo a una mujer con diferentes condiciones interseccionales que la hacen proclive a la discriminación: una mujer de 70 años, analfabeta, afromexicana, y lesbiana; con tales condiciones entendemos que esta categoría nos hace comprender la diversidad de brechas de género. En consecuencia, la interseccionalidad es clave para entender las distintas inequidades que afectan a las mujeres en nuestro país.
Si además esta mujer se convierte en migrante en Estados Unidos, podemos agregarle otra interseccionalidad y si proviene del área rural de su país de origen se suma otra, una más es que sea exodigital, por supuesto al no saber leer no podrá acceder a los teléfonos inteligentes, aislándola aún más, por lo que las brechas de acceso a conectividad y recursos digitales se agravan.
Es interesante el debate sobre cómo plantear las políticas de igualdad para que sean más efectivas e inclusivas frente a las desigualdades múltiples que enfrentan las mujeres. Hasta el momento se está decantando por la incorporación crítica, reflexiva, situada y transversal de una serie de condiciones que afectan a la problematización de las desigualdades. Con el acierto de la creación de la Secretaría de la Mujer se promueve el diseño de políticas interseccionales y sus procedimientos de elaboración, implementación y evaluación, lo que puede dar mejores resultados a partir de un espacio que le otorgue el peso necesario a las mujeres en cuanto a la aportación que realizan para el progreso de nuestro país.
