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La izquierda y la derecha

¿Qué es la izquierda y la derecha? ¿Acaso se trata de buenos y malos en la historia? ¿Qué define a cada una? ¿Es anacrónico hablar de una izquierda y derecha?

En los últimos años, nos hemos dedicado a tildar de izquierdistas y derechistas todos los planteamientos que provengan de los políticos, congresistas, presidentes, etc., pero —en el fondo— ¿qué hay de izquierdista y derechista en lo que dicen o proponen? ¿Siguen siendo una categoría de análisis para identificar los planteamientos políticos de los actores sociales?

De entrada, podemos decir que existen principios fundamentales o básicos que definen a los polos más famosos del espectro político; sin embargo, estos no necesariamente responden a realidades inamovibles o modelos únicos de planteamiento ideológico y político. Desde luego, tienen su historia, la cual surge con el fin de las monarquías absolutas en Europa, sobre todo en Inglaterra y Francia, y en esencia, representaban un grupo de opinión con respecto a cómo debía orientarse la política gubernamental: si se invertía más en las comunidades pobres o si se facilitaba más el desarrollo de la burguesía, por ejemplo.

No es lo mismo ser un tory en el Parlamento inglés hoy que hace 150 años, o un guerrillero de los años sesenta a un activista en favor de los derechos humanos hoy. Todo cambio es contingente con las modificaciones económica, la aparición y profundización de la tecnología, etc.; ni siquiera se asemeja un obrero del taller de manufactura del siglo XIX a los obreros industriales que existen hoy en las grandes cadenas de producción masiva que existen en diversos países.

Tampoco es igual la práctica política de todos los países, aunque tengamos sistemas políticos más o menos similares. Ni las condiciones de desarrollo, que se han dado de manera desigual, influyen de la misma manera en la forma que las organizaciones gremiales abordan sus asuntos frente a las autoridades. A todo esto, la aplicación de los conceptos varía según en dónde se desarrolla la historia, el famoso contexto.

No obstante, a pesar de este devenir en la identificación de lo que es la izquierda y la derecha, los conceptos se han universalizado y adquirido una amplia aplicación para el análisis político e incluso para la identidad política de los actores sociales. ¿Podremos acusarlos de ser los buenos o malos en la historia?

Cuando los juicios de valor dominan nuestro pensamiento a priori no estamos en las condiciones de debatir o intercambiar puntos de vista en la era democrática. El hecho de exista la ideología política no implica necesariamente un bien o mal; más bien son las acciones y los resultados del ejercicio del poder lo que nos indica si la sociedad en su conjunto obtuvo un beneficio de una política u otra, y en eso tiene que ver mucho el gobernante o los gobernantes, quienes al final dirigen.

Podremos tener referencias en valores, ideas, teorías o formas de ver el mundo y cómo darles salida a sus problemas, pero aplicarlo no siempre ha sido posible en la manera en que se planificó o se pensó.

Si podemos identificar, fundamentalmente, dentro de las acciones, dichos y hechos si el actuar de tal o cual gobernante se acerca a la izquierda o derecha, pero, como bien dije depende del punto de vista y contexto con que se vea.

Por ejemplo: para muchos el indigenismo, el rescate de la identidad prehispánica, etc., es una causa progresista, cuando en los hechos, muchas formas de vida de indígenas y de uso y costumbres contravienen derechos constitucionales. Pero por el otro, existieron lideres indígenas que plasmaron en sus luchas sus anhelos de libertad e igualdad frente a un dominio anglosajón; es decir el reconocimiento de derechos mínimos.

La historia podrá juzgar, pero ese es otro debate. La axiología política en estos días se pierde, pues ya no sabemos si se habla con la izquierda y se gobierna con la derecha, o a la inversa, aunque es más probable lo primero para muchos casos. La consecuencia en las ideas se vuelve virtud hoy en día.

Las sociedades, el mundo en general ha cambiado más rápido en los últimos 25 años que en los últimos 100, y vemos como los modelos de desarrollo entran en crisis y salen, surgen lideres políticos carismáticos y plantean disrupciones completas al statu quo, pero aún así la axiología se difumina ante un dominio casi completo del sistema capitalista como modelo de desarrollo. Incluso, para muchos pareciera que no hay alternativa, pero ¿y si la hay?

Me parece es algo en lo que hay que seguir debatiendo, escribiendo, analizando y pensando.

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