En este país de libertades, de derechos plenos, celebramos toda lucha genuina y orgánica del pueblo de México, celebramos la diversidad y toda manifestación social. Lo que sí hay que tener muy claro es cuando alguien defiende derechos sociales y cuando se defienden privilegios de unos cuantos. La historia de México, sus revoluciones y luchas no pueden ser borradas, existen y por fortuna el pueblo tiene memoria.
El domingo pasado, los fifís — los de verdad que son muy pocos, y los que se creen fifís, pero no saben que son parte del proletariado y están confundidos—, así como los aspiracionistas, también muchos acarreados, salieron a que les diera el aire de la bella Ciudad de México; donde, por cierto, todos sus derechos como manifestantes son respetados, ya no son tiempos de represión como cuando gobernaban los que ahora marchan.
La llamaron «Marcha por la democracia», lo curioso de este evento es que una vez más se empeñan en decir que son «apartidistas», la convocatoria a su marcha fue una «invitación ciudadana» y es más que claro, es bastante evidente que no es así, no son imparciales en absoluto ¿Por qué no dejar de ser hipócritas al menos al luchar? Marchó la derecha, marchó el voto duro de la candidata de la coalición conservadora Xóchitl Gálvez, marchó la mafia del poder, marcharon los afiliados y simpatizantes del PRIAN, ¿Por qué una vez más recurren a disfrazarse? Subestiman a la gente nuevamente, son tan corruptos, tan falsos y el pueblo ya los conoce.
Otra vez sacaron a pasear el disfraz color rosa, seguramente sus asesores de moda les aconsejaron ese dulce tono para esconder la cara de mafiosos y sus expedientes sucios que ya están a la vista, pero eso ya no puede esconderse, los conocemos a fondo.
Son los mismos que saquearon nuestro país en el periodo neoliberal, ya no engañan a nadie, son visibles sus dirigentes y todos tienen cola que les pisen. Vimos a Santiago Creel, por supuesto al patrocinador oficial Claudio X. González, al panista Javier Lozano, al priista Roberto Madrazo, al apartidista del pan Emilio Álvarez Icaza —histérico como es su costumbre—, contaron con la presencia de la señora Denisse Dresser, intelectual y vocera de la oposición virulenta, con la señora Alessandra Rojo de la Vega candidata del PRI o del cartel de la trata por la alcaldía Cuauhtémoc, estuvo presente Enrique Krauze intelectual orgánico de los conservadores que por cierto, de manera burda e irrespetuosa comparó su marcha con el movimiento de 1968, lo cual es una tremenda falacia ya que entre ellos ,marchaba el PRI quienes fueron precisamente los asesinos de los jóvenes estudiantes del 68 en Tlatelolco, si esos son sus referentes ahora entiendo porque les va tan mal al frente opositor, porque además de farsantes son sumamente ignorantes.
El orador estrella y vaca sagrada, nada más y nada menos que el autónomo e imparcial Lorenzo Córdova, quién siempre fue señalado como opositor de AMLO, el señor debió ser imparcial cuando tuvo la presidencia del INE, un encargo de suma importancia nacional, pero de forma hipócrita siempre negó esa animadversión por López Obrador y su movimiento, sin embargo, una vez más el tiempo le quita la máscara a la doble moral.
Ya es hora de que acepten su talante conservador. Por cierto, al final del discurso de Córdova en defensa de la democracia, él mismo aceptó que la democracia no corre peligro.