Para la misión de la NASA al planeta Marte, que ha permitido que el robot rover Perseverance realice investigaciones en el planeta rojo, la agencia espacial estadounidense hizo que un grupo de científicos se rigiera con el horario marciano para el control de la misión. De manera que de pasar de días de 24 horas pasaron a vivir regidos en días de 24 horas con 39 minutos, la duración de un día en Marte.
Al parecer algo similar está ocurriendo en México, pues mientras el país y sus ciudadanos van, digamos, en un horario terrestre, algunos grupos viven en el horario de otro planeta (en el de Júpiter, tal vez) cuya duración es de 10 horas por cada día terrestre, o en el de Venus que dura 116 días, de manera que mientras el resto del país quiere entrar en el siglo XXI, ellos traen otro reloj. Mientras la población en general quiere igualdad, bienestar y avances, este grupo de personas quiere mantener al país en la desigualdad, el atraso y la corrupción; este grupo, mal llamado oposición (y digo mal llamado pues traidores es su verdadero adjetivo), quiere que México no avance porque no les conviene: ellos durante años han sacado grandes beneficios al mantener al país en el atraso.
Partido políticos, televisoras, empresarios y otros medios de comunicación requieren que México continúe como hace 30 años para ellos mantener sus ganancias y privilegios, por eso intentan detener todo lo que huela a avance y bienestar, por eso no quieren que haya inversiones y crecimiento. Ellos ya habían creado su propio México, con mediciones a modo, con voceros, líderes de opinión y hasta técnicos hechos a la medida para dar la impresión de que el país avanzaba cuando la realidad era que los únicos que avanzaban eran ellos.
Sus crecimientos estaban basados en deuda (cuyos recursos iban a parar a sus bolsillos) con migajas al Pueblo para simular que invertían y mantener el engaño de que para que el dinero llegara abajo había que entregarlo arriba. Cuarenta años después solo hay miseria y desigualdad, además de aproximadamente 60 millones de personas en situación de pobreza en un país considerado el número 15 del mundo en riqueza.
Por eso, ahora que la mayoría del Pueblo —sí, señores, 70% son mayoría— apoya un gobierno que genera programas que ayudan a los pobres, a los ancianos, a los jóvenes, vemos que esos traidores pegan el grito en el cielo, pidiendo que se cancelen esos programas. Ahora que se están creando aeropuertos, hospitales, cuárteles, trenes y refinerías por un tercio del precio de los anteriores, esos traidores piden que se cancelen. La conclusión es que esas personas están en otro planeta, porque estar en contra de todo lo que genere un beneficio para la mayoría en estos tiempos, que han exhibido la fragilidad humana y la necesidad de mayor cohesión, es cuestión de personas que no tienen los pies en este planeta.
Y a los extraterrestres, primero investiguen, después opinan.
