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La revocación de mandato y otras batallas

En 2018 se ganó el poder político, o la parte del poder político que se pone a disputa cada que hay elecciones, porque hay poderes que están ahí, por los que nadie vota pero que igual tienen peso e influyen en la vida pública del país, a saber, los más importantes, el poder de los dueños del dinero, el poder económico, los grandes medios de comunicación y todo le marco legal neoliberal que incluye a los organismos autónomos, al INE, al Tribunal Electoral, etc…

Si bien el 2021 significó un respaldo político al proyecto de transformación; se va a conservar la mayoría necesaria en la cámara de diputados para la aprobación del presupuesto y no depender de los legisladores de oposición que querrían regresar a la nefasta practica de los moches millonarios a cambio de aprobar o no el proyecto del ejecutivo, además tendremos 11 nuevos gobernadoras y gobernadores del movimiento, que tendrán la gran tarea de demostrar que si se pueden llevar a cabo gobiernos locales honestos y con principios de izquierda.

También debemos de reconocer que hubo retrocesos importantes en algunas ciudades y distritos, sobretodo en lugares urbanos donde sectores importantes de la clase media fueron seducidos por la incesante campaña de guerra sucia en contra de morena y en aquellos lugares donde los gobernadores de oposición utilizaron cantidades millonarias de dinero para volver a poner en practica la nefasta práctica de la compra del voto y el acarreo, es importante reconocer que confiarse no puede ser una opción para nosotros, existen poderes conservadores que buscan a toda costa detener este movimiento de transformación y debemos acompañar al Presidente en esta lucha.

El Obradorismo está ganando terreno y simpatías entre sectores populares, entre los que menos tienen, se está cumpliendo con la consigna más emblemática de nuestro movimiento, la de por le bien de todos primero los pobres, se está perdiendo apoyo entre algunos sectores de la clase media que en el mejor de los casos no ven representadas sus demandas y en el pero de los casos han sido presa de la manipulación mediática y ven en la lucha contra la corrupción y la política social de apoyo a jóvenes, adultos mayores y campesinos una amenaza a su supuesta posición de clase privilegiada.

La derecha, de manera ilusa, pretende poder dar un golpe mortal al movimiento en marzo de 2022 , fecha en la que se llevara a cabo el referéndum, inédito ejercicio democrático en el que se le preguntara a la gente si quiere o no que continúe Andrés Manuel López Obrador al frente del gobierno de México, que ironía, la derecha mantiene su discurso de odio diciendo que AMLO es un dictador, al mismo tiempo que Obrador mismo promueve un ejercicio democrático como la revocación de mandato.

El asunto aquí para nuestro movimiento no solo es volver a movilizarnos para ganar la continuidad en las urnas, es obtener una victoria aplastante, que no quede duda de que la voluntad del pueblo es que continué la trasformación del país y que no vuelvan los corruptos. Andrés Manuel López Obrador es un extraordinario dirigente, su nivel de aceptación sigue subiendo a pesar de la terrible crisis de salud y económica de la pandemia y de la incesante campaña mediática en su contra, pero no podemos dejarlo solo, es hora de que el Obradorismo organizado dentro y fuera de morena asuma su responsabilidad histórica y de la cara no solo para la revocación de mandato si no para las batallas por las gubernaturas de Durango, Tamaulipas, Aguascalientes, Quintana Roo, Oaxaca e Hidalgo en 2022, Estado de México y Coahuila en 2023 y la gran batalla de la sucesión en 2024.

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