Por: Emmanuel Moya
Los pasados procesos de selección de los aspirantes a la candidatura para la presidencia 2024 en México nos dejaron grandes enseñanzas. Una que me llama sumamente la atención es cómo, sin hacer formalmente propuestas y campaña, los aspirantes subían o bajaban en las encuestas. Al respecto, no se trató de ninguna de estas formas de justicia intangibles —lo que llamamos karma o justicia divina—, sino de algo de lo que debemos estar conscientes y contentos a la vez: las traiciones y tambaleos en política cuestan muy caros, titubear y nadar en dos aguas, como dice el Presidente cuando menciona al pez robalo (que nada en agua dulce y salada), refiriéndose a esos políticos que intentan quedar bien con dos corrientes partidistas, la derecha y la izquierda, sin definirse pero manteniéndose donde están para no arriesgar su salida, aprovechando los beneficios de su partido pero coqueteando con el contrario.
Aunado a lo anterior, estos “robaleros” saben que en estos momentos en la izquierda está la fuerza y los votos, en la derecha está el dinero y los compadrazgos, sin embargo, en el proceso de selección de los aspirantes, vimos que los que titubearon o abandonaron la causa han quedado fuera de toda posibilidad real de triunfo, su carrera política está debilitada por la ambición y urgencia de poder, Obrador siempre dice que “política es tiempo” y con ello se debe saber esperar, no importa lo difícil y adverso que sea el momento el beneficio llegará, creo al respecto que esto tiene que ver con saber cultivar el arte de la paciencia, condición sumamente compleja en materia política ya que en el tema electoral todo se traduce en tiempo, en realidad pareciera que las cosas se deben de dar de inmediato y que perder tiempo es costoso, pero no es así, la trayectoria del presidente nos ha demostrado que hay que trabajar y aguantar, hay que esforzarse por un ideal y resistir hasta que lleguen los resultados.
Por otra parte, y anterior a este proceso de selección, ya sea por encuestas o dedazo, los que desde antes y hasta el final trataron de tomar ventaja mediante deslealtades e infamias terminaron perdiendo, casos en los que las personas querían sacar provecho a costa de las ideologías y trabajo de otros restaron a su carrera en lugar de sumar, y no porque hayan sido castigados por su partido, sino porque la propia gente se dio cuenta de qué clase de personas eran, los ciudadanos no son tontos y perfectamente supieron identificar a esos que quisieron abusar de su corriente partidista y lo castigaron sin siquiera llegar a la votación. Pareciera un aspecto mágico, pero simplemente las encuestas tan utilizadas hoy en día marcan una tendencia, que acompañadas de tantos medios de comunicación como es el internet y las redes sociales tienen un impacto brutal en la conciencia de las personas. Este gran logro ciudadano del que les hablo, se dio en el momento en que la gente ya no se cree tan fácil todas las supuestas buenas intenciones sofistas de algunos contendientes.
Para aterrizar mi idea les puedo contar de algunos ejemplos que yo pude identificar en este proceso:
- Tenemos el caso del exsenador de la República Ricardo Monreal, que siendo presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado (Jucopo) se manejaba en términos de supuesta unidad y amistad con miembros de todos los partidos opositores a Morena, argumentando la “unidad” e incluso anunciando una gira por los estados junto con Santiago Creel. Después, no supo cuándo salirse del movimiento, fue estirando la liga hasta sacar el mayor provecho posible, aunque finalmente se echó para atrás ante la presión de su propio partido y de la opinión pública, situación que le costó la baja aceptación e intención de voto de Morena rumbo a la candidatura de la coalición para 2024.
- Con Marcelo, a mi punto de vista sucedió algo distinto, intentó adelantarse a como diera lugar a una Claudia Sheinbaum que lideraba las preferencias electorales mediante encuestas de opinión, en la desesperación comenzó a sembrar la duda lanzando acusaciones en el sentido de que a Claudia la estaban apoyando mediante el desvío de recursos federales de la propia Secretaría del Bienestar, acusaciones que, o no se atrevió a formalizar en definitiva por no querer causar un daño catastrófico e irreversible en Morena, o de plano no tienen sustento como tal y sólo pretendía debilitar a Claudia para así él tomar la delantera y una vez investigada no procediera la imputación, aunque ya iba ser demasiado tarde para revertir el marcador, por decirlo en términos deportivos.
Con relación a lo anterior, la gente supo leer que se trata de una exageración e intención de Marcelo por tomar la delantera, esto al señalar en reiteradas ocasiones que en esa contienda de las “corcholatas” sólo competían dos, Claudia y él, cuando en realidad se trataba de 6 participantes, haciendo a un lado a sus compañeros, situación que a mi parecer lo hizo ver mal y la ciudadanía captó el mensaje observando una ambición desmedida por el poder y no una lealtad al proyecto de transformación como si lo manifiesta Claudia en sus eventos. Además, erróneamente los medios de comunicación se encargaron de propagar la idea de que Marcelo iba ceder fácilmente a los intereses de la derecha, cosa que no le gustó mucho a la base militante de Morena y simpatizantes. Sumado a todo esto, se repetía constantemente en voz de los comentócratas y opinadores que Marcelo se iba ir a Movimiento Ciudadano, cosa que jugó en su contra por parecer una persona no leal al movimiento de transformación y que se corrompería fácilmente.
- El caso del PRIAN o el dichoso Frente Amplio por México, fue similar para algunos, el PRI tendrá un costo político fuerte, dado que su dirigente nacional Alejandro “Alito” Moreno no respaldó en absoluto a sus candidatos, esto le resultará un problema interno próximamente, muchos priistas no están contentos con las decisiones de Alito, pero lo más grave es que el proceso fue una farsa y los ciudadanos nos dimos cuenta desde que lo anunció el propio presidente López Obrador, cuando decía que Xóchitl iba ser la candidata del Frente, sumado a que los que le van todavía al PRI no vieron en su dirigente la más mínima intención por apoyar a un candidato de los suyos, el pueblo les pasará factura, ya verán, y también a los del PAN, no escucharon a su militancia por miedo de que Xóchitl perdiera frente e Beatriz Paredez, una vez más, la ambición por el poder y los intereses que esto representa se antepusieron a un método democrático.
- El PRD es un caso perdido, desde hace tiempo no logra respirar, lo único que intenta es tomar las migajas que le pueda dar el PAN, el PRD es un partido a punto de desaparecer que dio la espalda a la izquierda y a su ideología para el que fue creado, por interés particular apoyó a la ultraderecha desde el llamado Pacto por México hasta ahora en alianza con el Frente, se desinteresó en las personas más pobres y los derechos de las personas, era un partido progresista que incluso ganó la presidencia en 2006 y se la robó el propio PAN que ahora es su compañero, también será castigado por el electorado en las próximas elecciones, ya verán.
Finalmente, todos estos casos y muchos más, los deben aprender no los ciudadanos, porque la ciudadanía ya despertó, el tigre ha despertado, falta que lo sepan los políticos ambiciosos y corruptos, que al menos, si quieren obtener algo sea porque se ganaron primero al pueblo y no a los grandes intereses personales y de grupo como siempre sucedía.
“Era un político puro y un político puro no abandona el poder: lo echan…”
Javier Cercas
@emmanuel_moya_
Licencia en Derecho y Maestro en Políticas Anticorrupción. Constitucionalista y penalista. Especialista en seguridad.