En la democracia el ejercicio de la oposición es fundamental, es un componente básico para su funcionamiento de la que se espera soluciones ante conflictos, diálogo sobre la confrontación y no la eliminación del adversario.
Este escenario claramente no es el que estamos viviendo en México ante una oposición que no construye, pero ataca; encasillados en la derrota electoral del 2018, y que decir del más reciente proceso de hace un mes donde el partido del Presidente ganó 11 gubernaturas de 15 en disputa, además mantiene mayoría en la Cámara de Diputados.
A los de «enfrente» no les queda claro todavía que en una democracia el poder político se gana y legitima mediante procesos institucionales, su ejercicio está sujeto a la crítica de los ciudadanos y a la periódica prueba en las urnas, en las que ratifica o no su respaldo; EL PUEBLO VOTÓ por la Transformación.
Estamos en un proceso de reconstrucción social que la oposición no entiende o simplemente no le interesa sumarse al estar más preocupada por posicionar y rescatar personajes innombrables que «no levantan» para la presidencial de 2024. Le lástima que ya no se privilegie a las minorías que por años mantuvieron el poder político para su beneficio; no termina por dimensionar que cada mañana el Primer Mandatario salga a dar la cara a los medios de comunicación para rendir cuentas al Pueblo; no ha comprendido que los mexicanos ya despertamos y nuestra participación ya no cabe únicamente en las urnas y estamos dispuestos a llevar todas herramientas de la democracia hasta las últimas instancias porque al día de hoy tenemos un gobierno que lo hace posible como nunca antes.
La oposición se molesta y vota en contra de la gran política social que hace justicia a los que más necesitan; le parece inaudito que México por fin redireccione la política exterior más allá de Norteamérica, cosa que habría que destacar pues a esto debemos el abastecimiento de vacunas contra el covid-19. Fue capaz de lucrar con enfermos y tragedias para sacar tajada política, y la infodemia es su plato fuerte para llegar al 2024.
Así la oposición que, tristemente para México, no cambiará en los próximos tres años.
Sigamos el rumbo de la Transformación, no bajemos la guardia.