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La transición de la Transformación: hacia el segundo piso de la 4T

La Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, primera Presidenta en la historia de México, ya comenzó a escribir las primeras páginas del nuevo capítulo de la vida pública nacional. El mundo no ha dejado de mirar hacia nuestro país, ni de hablar de su arrasador triunfo con más de 35 millones de votos, convirtiéndose en la candidata presidencial más votada de la historia. Aunque tenemos mucho que celebrar, la transición acaba de comenzar.

Si bien es cierto que con la victoria del Pueblo triunfó la revolución de las conciencias, a medida que pasan los días van emergiendo temas que representan grandes retos para los años venideros. Con la volatilidad del peso frente al dólar, vimos a la Presidenta electa reunirse de inmediato con el presidente de BlackRock México, así como con la presidenta y CEO de Walmart Internacional para hablar sobre las próximas inversiones; además de con la asesora del presidente Biden, y el embajador de Estados Unidos en México. Incluso se encontró con Carlos Slim, dado el contexto financiero que sintió escalofríos al avecinarse un gobierno que tiene el permiso del Pueblo para reformar las leyes a fondo, en beneficio de la patria y la soberanía.

Con la gira histórica de la doctora, al lado del Presidente Andrés Manuel López Obrador, se notan los hilos humanistas que tejen esta transición, que es, por mucho, de las más amorosas que hayamos tenido. Su reencuentro en Palacio Nacional es símbolo de continuidad en los ideales de lucha que une a ambos líderes, quienes a través del Movimiento de Regeneración Nacional —partido con apenas 13 años de existencia— han puesto el poder al servicio del México profundo, buscando el bienestar de quienes más lo necesitan, con el propósito de no perder nunca de vista de dónde venimos ni quiénes somos, para saber con claridad hacia dónde vamos.

En este viaje por los caminos de la justicia social, ya se recorren las venas abiertas de nuestro país. Tan solo hace unos días, María Trinidad Cantú, presidenta de la Organización Familia Pasta de Conchos, agradeció al Presidente, acompañado de la doctora Sheinbaum, por cumplir su promesa —realizada antes de ser titular del Ejecutivo federal— de recuperar los cuerpos de los mineros fallecidos en la tragedia del 19 de febrero de 2006, además de indemnizar a las familias que perdieron a su ser querido. Es un emotivo ejemplo del humanismo mexicano de la Cuarta Transformación, cuyo gobierno no ignora las demandas de justicia social.

Esa es la política que se vislumbra en el inicio de la transición. Una política con alto sentido humanista, característica de la que ningún gobierno neoliberal se puede jactar. El Presidente ha sembrado para siempre una semilla en el corazón de la historia nacional, nos ha enseñado que existe un México que no es el de las redes sociales, ni el de los medios de información; un país al que es necesario escucharle y hablarle todos los días, responderle, pero no con la fuerza pública, sino dialogando permanentemente para poder servir a los más altos ideales, los cuales son una obligación moral, ética y humana de la 4T.

Gracias a la movilización de la militancia, y —sobre todo— a los compromisos vueltos política pública del Presidente, la voluntad del Pueblo se hizo saber el pasado 2 de junio. Por eso el llamado masivo de Morena a votar 5 de 5 fue avasallante, un llamado con el objetivo de consolidar todas las reformas que se requieren para construir el segundo piso de la Cuarta Transformación; entre ellas, la reforma al Poder Judicial, uno de los principales muros que impiden alcanzar una justicia verdadera en México, pues se trata de una Corte siempre insensible a las necesidades del Pueblo, pero muy amiga de la corrupción y la impunidad.

Aunque los grandes inversionistas y capitales sientan pasos en la azotea por una reforma en la que ven más riesgos que beneficios, pues ignoran la necesidad nacional de una transformación del Poder Judicial, no debemos dar ni un paso atrás en la defensa de nuestra soberanía jurídica, pues debe respetarse el derecho del Pueblo a elegir a las y los encargados de impartir justicia, solo así podremos fortalecer la democracia y la inclusión en una institución que se siente otro Estado, con intereses particulares ajenos a la patria.

Se agradece de todo corazón todo el respaldo popular en las urnas, así como el gran trabajo de la militancia que salió a las calles a defender la continuidad de este proyecto de nación, pues sin su apoyo no hubiera sido posible alcanzar la fuerza insólita que tenemos en los espacios legislativos; pero como ya vimos, hay intereses extranjeros y privados que buscarán oponerse a nuestra soberanía, y eso no lo vamos a permitir.

Por eso, debemos recordar que la lucha, compañeras y compañeros, sigue vigente en esta transición hacia el segundo piso, para que quede bien claro en todo el mundo que cuando el Pueblo de México habla de transformación no es por convivir, ni simular. Cuando alzamos la voz para decir transformación estamos hablando muy en serio, estamos buscando un cambio profundo en las instituciones, en la forma de hacer y entender la política, y en la forma de organizarnos contra el neoliberalismo, porque buscamos construir una justicia verdadera que alcance a los más desprotegidos, siempre unidos y cercanos al Pueblo.

 

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