Los caminos rurales de Oaxaca,

Los caminos rurales de Oaxaca, ejemplo de desarrollo local

Desde 1996 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) definió el desarrollo a partir de criterios que forman parte del bienestar de los seres humanos: “la gente valora además beneficios que son menos materiales… En tanto miembros de familias y comunidades, las personas valoran la cohesión social y el derecho a afirmar sus tradiciones y cultura propia”. Algo que se puede apreciar, está alejado de las lógicas “mercado-céntricas” a las que se aferran algunos nostálgicos del neoliberalismo, a pesar de que hayan pasado décadas desde que se dejó de medir el desarrollo a partir de criterios cuantitativos.

La semana pasada, la construcción de caminos rurales en Oaxaca fue noticia nacional. Se trató de un proyecto anunciado meses atrás, sobre su éxito algunas personas se mostraron escépticas, sin embargo, la muestra de la excelente construcción, la responsable administración del recurso económico y la participación de la comunidad dieron muestra de que hay alternativas a las acostumbradas políticas públicas que parecieran tener a final de cuentas un beneficio unidireccional. Otro ejemplo de políticas públicas similar, es el programa: La Escuela es Nuestra, del cual ha iniciado la puesta en marcha en las regiones más pobres del país y ya se han visto algunos resultados.

Este tipo de proyectos impulsan el desarrollo local (definido a partir del territorio y las relaciones interpersonales de los miembros de la comunidad), como opción para hacer frente a las dificultades económicas resultantes de los procesos globales y reafirman el sentido de pertenencia tan importante para fortalecer la cohesión social, clave en la mejora de la calidad de vida de las personas. 

El país está viendo una nueva forma de “hacer”, cosa que no debería resultar extraña para quienes conocen la política del actual gobierno. En el propio Proyecto Alternativo de Nación se menciona de manera explícita la importancia de impulsar también el desarrollo “desde abajo” y de manera horizontal; en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 la “Construcción de caminos rurales” es un punto que forma parte del tema de Economía. Si bien no se han explicado detalladamente los “cómos”, a estas alturas es posible reconocer el modus operandi de la 4T: consiste en ejecutar e ir corrigiendo los detalles sobre la marcha, en lugar de invertir tiempo en la planeación que, a final de cuentas, no siempre resulta en casos de éxito –como las Zonas Económicas Especiales del sexenio 2012-2018–, pues la realidad social de “afuera” la mayoría de las veces, no se puede predecir en el escritorio.

Así, poco a poco se van cayendo los argumentos generados por el desconocimiento y el prejuicio que ciega: ni los caminos fueron mal construidos, ni los pobladores se quedaron con el dinero, todo lo contrario: dieron una enorme muestra de honestidad al regresar más de $200,000.00 pesos. Ahora, los mismos que argumentaban lo anterior mencionado se preguntan: “¿Por qué tardaron tanto?” Y cuestionan que no se hubieran construido con maquinaria. No recuerdan, quizá, que otros gobiernos tardaron décadas y nunca voltearon a ver a esas comunidades; no comprenden –o no quiere comprender– que el implemento de la tecnología para aumentar la productividad y la ganancia es lo que principalmente ha ido acabando a paso acelerado con los recursos naturales

 

Martha Cajigas. Maestra en Desarrollo Regional por el CIAD, A.C. Actualmente se desempeña en áreas relacionadas con políticas y programas federales para el desarrollo.

@marthacajigas

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