El título de este artículo evoca el cuento de Lucia Berlín, en donde plasma una muy detallada descripción del trabajo de casa remunerado y las relaciones entre las mujeres que realizan dicho trabajo y aquellas que las contratan. Relaciones complejas, atravesadas por las diferencias educativas y económicas, pero no de roles; de hecho, por eso las “señoras” de la casa se ponen de acuerdo para el trabajo a realizar y su supervisión, pague los servicios quien los pague.
El 30 de marzo pasado se conmemoró el día internacional de las trabajadoras del hogar, una fecha que plantea revisar las condiciones laborales y los avances legislativos que promuevan los derechos laborales de las mujeres “trabajadoras del hogar”, este termino se utiliza para diferenciar de las labores domésticas no remuneradas realizadas por integrantes de la familia, y para insistir en la importancia del acceso e igual reconocimiento al goce de los derechos que deben tener aquellas personas que realizan este tipo de actividades, como cualquier trabajador o trabajadora. De acuerdo a la Encuesta Nacional Sobre Discriminación (ENADIS) en 2022 había mas de 4.5 millones de mujeres mayores de 18 años realizando actividades de trabajos domésticos por un pago.
A través de acciones colectivas, las mujeres que se dedican a este rubro han conseguido, en los últimos años, mejoras en las condiciones de trabajo. Para aquellas personas que trabajan de tiempo completo se tendrá que garantizar nueve horas de descanso nocturno continuo, descanso diario de tres horas entre el horario matutino y el vespertino, un descanso semanal de día y medio, contar con una habitación cómoda e higiénica, alimentación sana y suficiente, pago anual de 15 días de salario por concepto de aguinaldo o parte proporcional (según sea el caso), trato digno, respetuoso y amable y respeto a su condición física, étnica, religiosa, económica y preferencia sexual.
Lo anterior deviene del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que promueve la equiparación de los derechos de las trabajadoras domésticas con los que se establecen en la legislación para los demás grupos de trabajadores en temas como la fijación de la jornada laboral, los días libres a la semana y el acceso a la licencia remunerada de maternidad. Durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, en julio de 2021, dicho convenio se ratificó y entró en vigor en nuestro país. Este contempla la prevención del abuso, acoso y violencia contra las trabajadoras del hogar; más acceso a los procedimientos de resolución de conflictos, y la creación de medidas a fin de reducir la informalidad. Todavía falta mejorar las condiciones de las mujeres que trabajan de forma remunerada en el hogar, pero en esta Cuarta Transformación se ha adelantado lo que no se había logrado en décadas, el camino es la protección de los derechos humanos de este sector laboral y garantizar su seguridad y así como trato digno y el pleno ejercicio de sus derechos sociales y económicos.