Hace una semana se llevó a cabo un diálogo de alto nivel en la Ciudad de México entre E.E.U.U. y nuestro país. Les quiero contar por qué es importante esta reunión.
Desde 2006 estamos inmersos en una crisis de seguridad sin precedentes, con altos y bajos en cada estado, pero en general vivimos en un país más violento. En ese entonces, se planteó la Iniciativa Mérida como una propuesta del gobierno estadounidense para dotar a México de armas y equipo para librar la mal llamada guerra contra el narcotráfico. Esa fallida estrategia en el sexenio de Felipe Calderón incendió al país y nos puso a luchar un conflicto de mexicanos contra mexicanos en donde nadie gana.
El actual gobierno federal ha replanteado la estrategia de seguridad contra el narcotráfico para pasar a un proceso de pacificación y fortalecer el Estado de derecho altamente afectado por la corrupción en gobiernos pasados. En esta reunión se marcó el fin de la iniciativa Mérida y se logró llegar a varios acuerdos.
• “Proteger a nuestros ciudadanos invirtiendo en la salud pública, apoyando las comunidades seguras y reduciendo el número de homicidios y delitos de gran impacto.
• Prevenir la delincuencia transfronteriza haciendo seguras las modalidades de viaje y de comercio, reduciendo el tráfico de armas, centrándonos en las cadenas de suministro ilícitas, y disminuyendo la trata y el tráfico ilícito de personas.
• Perseguir a las redes delictivas por medio de la obstrucción de las operaciones de los financiadores ilícitos y reforzando los sectores de seguridad y justicia.”
Por mucho, Estados Unidos es nuestro principal socio comercial y probablemente el país cuya relación influya más en el día a día de millones de mexicanos. Pero no solo ellos son importantes para nosotros, nosotros también somos importantes para ellos. En 2019 nos convertimos en sus principales socios comerciales con más de 567.8 miles de millones de dólares anuales en comercio.
Vale la pena mencionar que los daños generados en el tejido social del país por los conflictos armados relacionados con el narcotráfico no sanarán con acciones coercitivas en materia de seguridad pública. Se necesita hacer hincapié en los programas sociales, llamar a una reconciliación social y promover oportunidades de empleo y educativas para todas y todos, con instituciones de más fortalecidas que ayuden a tener un Estado de derecho sólido y duradero. Esta reunión marca el fin de un enfoque errónea, en donde a México se le delegaba gran parte del trabajo “sucio” que pagan hoy miles de policías, soldados y ciudadanos en general que son víctimas de la violencia.
En resumen, el problema no es solo de México, también lo es de Estados Unidos, nuestro principal socios comercial. Ambos tenemos que afrontarlo: ellos deteniendo el tráfico de armas y dinero a nuestro país y nosotros poniendo un alto a los grupos violentos y ayudar a reducir el flujo de drogas, siempre en el marco del respeto a las soberanías de cada país.