El reclamo de un liderazgo político capaz de no mentir, no robar y no traicionar es evidente. Desde 2018 quedó claro que el dinero no manda en la pasión del pueblo mexicano por cumplir el mandato constitucional a favor del ejercicio de derechos y el equilibrio de poderes, llevando al poder a los liderazgos de la Cuarta Transformación demostrando que, por encima de los intereses de unos cuantos, están primero los y las pobres.
Y es que, en un mundo marcado por la diversidad y los desafíos globales, México emerge como un faro de unidad. A través de su rica historia, diversidad cultural y resiliente espíritu nacional, nos ofrece un ejemplo de cohesión en tiempos de cambio. Desde las montañas de Chiapas hasta las playas de Quintana Roo, desde los valles de Oaxaca hasta los rascacielos de la Ciudad de México, desde el cerro de la silla hasta en Monterrey hasta el desierto de Sonora, nuestra nación nos recuerda constantemente que nuestras diferencias son nuestra mayor fortaleza porque enriquecen las agendas de los gobiernos y las cámaras que nos representan.
La fuerza de México radica en su capacidad para integrar, celebrar y enriquecer las múltiples identidades que conforman su tejido social. En cada fiesta, en cada platillo, en cada danza, se entrelazan los hilos de una nación vibrante y diversa. Esta diversidad también fortalece nuestra capacidad para enfrentar desafíos comunes.
En un mundo donde las divisiones parecen cada vez más profundas, México nos enseña la importancia de encontrar puntos en común y trabajar hacia un futuro compartido. Nuestra identidad mexicana nos une más allá de las diferencias políticas, económicas o sociales. En la mesa del comedor, en la cancha de fútbol, en la plaza pública, somos mexicanas y mexicanos siempre.
En este momento crucial de la historia, debemos recordar que nuestro mayor poder radica en nuestra unidad. Desde la lucha contra la desigualdad hasta la preservación de nuestro medio ambiente, desde el impulso de la innovación hasta la promoción de la justicia social, podemos construir un México más fuerte y próspero para las generaciones venideras.
México nos une en un sentido profundo de pertenencia y orgullo nacional. En nuestras diferencias encontramos nuestra unidad, en nuestras adversidades encontramos nuestra fuerza. En este viaje colectivo hacia el futuro de la 4T podemos alcanzar la plenitud de cara a los desafíos nuevos que conlleva 2024 porque #MéxicoNosUne.
