Ahora me salieron con que Claudia subió en las encuestas. ¡Háganme el favor! ¿Cómo puede subir si nos tiene viviendo en el peor de los mundos? ¿Cómo? Grito y nadie me responde. ¡Obvio, estoy sola en mi cuarto, pero ni mi muchacha me responde! Sólo abre los ojos y ya. ¡Cómo es posible, si el país está de cabeza! Para empezar, todos dicen que tenemos un gobierno narco. Y yo lo creo completamente porque ya mostraron la foto de Claudia con alguien que es amigo del Mayo. Ojo con eso. Luego: ya no hay Estado de derecho en México. Van a controlar a todos los jueces. Quieren secuestrar la Suprema Corte. Estamos perdidos. Después: estamos en quiebra. Nos endeudó aquel hombre para hacer obras faraónicas que no sirven para nada: el aeropuerto sin gente, el Tren Maya que se descarrila, los aviones que no vuelan, la refinería que no refina y así. ¡NADA SIRVE! Luego: los niños se siguen muriendo de cáncer por no tener medicinas. Quitaron el Seguro Popular y nadie tiene a quién acudir para curarse un infarto o una perrilla. Luego: los hijos de AMLO tienen todo el dinero del mundo y su padre vive en Palacio Nacional, dando órdenes a Claudia. Luego: la Nueva Escuela Mexicana es un entrenamiento para las juventudes comunistas mexicanas; los enseñan a quitar propiedades a la gente bien y no creen en dios. Luego: estamos cercados por la violencia y el narco. Vivimos encerrados en nuestras casas con el temor de llegue Caro Quintero (o gente así) por nosotros. Nos están matando todos los días. Luego: nos va a invadir Trump porque estamos invadiendo de fentanilo los EE. UU., además de las hordas de migrantes que les metemos por túneles para que los roben y saqueen. Luego: tienen un cerco informativo no sólo en México sino también en el mundo, que quien sabe cómo engañan a todos sobre lo que realmente está pasando aquí. Pero son poderosísimos, sobre todos los youtubers, unos monstruos que han llevado a la quiebra a Ricardo Salinas, ¡RICARDO SALINAS! Ese hombre que ha hecho tanto por México y que ahora está envilecido, a punto de convertirse en un homeless (miserable, pues, por si no saben inglés), por culpa de esos poderosos tipos que pueden destruirnos a todos. Obvio, un régimen tan autoritario, con una censura aterrorizante, ha logrado callar a nuestros baluartes de la libertad, convirtiéndolos en convidados de piedra a este desastre. Por eso nadie dice nada. ¡NADIE!
Y no sólo eso: luego salimos de nuestras casas y la gente aparenta que no pasa nada, seguro porque está aterrorizada; o nos metemos a las redes sociales, y miles de personas, yo creo que bots, nos quieren hacer creer que las cosas están como nunca, que la inversión, que los empleos, que el desarrollo, que el bienestar y así. ¡Una infamia!
Y para colmo, ¡mi hijo me dice que vivo en un mundo paralelo! ¡Pobre hijo!