Estamos a menos de dos semanas para que las elecciones en Veracruz y Durango se lleven a cabo; es decir, vivimos el último tramo de la campaña para quienes buscan las alcaldías. Aunque los comicios se ganan con votos —y también con la operación territorial que despliegan las estructuras—, hay una base sólida que fundamentan las encuestas. Dada la magnitud de los estudios demoscópicos que dibujan una radiografía clara del pulso de la población, se han despejado todas las dudas y llegamos a la misma conclusión: Morena ganará la mayoría de los cargos en disputa. Hablamos de una cantidad importante de alcaldías que, por su relevancia, tienen un punto crucial, concretamente en Durango.
Para la dirigencia nacional que encabeza Luisa María Alcalde, efectivamente, una de las prioridades es Durango, por el padrón electoral y, de paso, por la hegemonía que ha tenido la derecha. Eso, desde luego, ha generado mayores expectativas para redoblar esfuerzos en el activismo territorial. Con esa participación, hay condiciones propicias para que José Ramón Enríquez, abanderado de la coalición Seguimos Haciendo Historia, gane el ayuntamiento. Eso es viable, de entrada, por el desencanto que existe con los gobiernos neoliberales que han resultado —de acuerdo con las evaluaciones— en un rechazo profundo que los ha puesto contra las cuerdas. Con esa debacle cantada, Morena, reconocida como la futura alternancia de ese punto fundamental, marcará un precedente importante. De hecho, la población así lo ha manifestado, está lista para esa transición inminente que brota por cada rincón.
Hace poco, una cantidad relevante de precursores del movimiento, como una señal de respaldo, acompañaron a José Ramón Enríquez a algunos eventos públicos. Eso demostró la unidad que reina en el Obradorismo y fue la muestra más clara del clima que se avecina. Entonces, el PRI, resquebrajado por la realidad que vive, no tendrá más remedio que aceptar la cruda verdad y, con ello, preparar la transición pacífica de la administración. Esto, fue motivo suficiente para movilizar a las estructuras de mayor peso del movimiento. Vimos, por ejemplo, al mismo Ricardo Monreal, quien construyó una enorme relación con el exsenador de la República cuando juntos encaminaron una lista de reformas constitucionales que hoy, sin duda, son los pilares del proyecto de la Cuarta Transformación.
Otro de los grandes factores que influyeron para acaparar la efervescencia de la población fue el activismo que realizó Saúl Monreal. Él, en un recorrido intenso durante días, fue partícipe de asambleas con la militancia y simpatía del Obradorismo. Con esa impresión que nos dejaron esos nutridos encuentros, pudimos percibir esa sensación de alternancia que se asoma con gran vigor en Durango. A la par, las campañas han seguido con intensidad, especialmente en este último tramo, cuando Morena pisó el acelerador. Y sí, el Obradorismo se alzará con el triunfo en un enclave que, durante décadas, tuvo en sus manos el conservadurismo. Podemos ir adelantando porque la coalición de izquierda llega más unida que nunca. Un factor determinante de cohesión fue la capacidad unificadora de José Ramón Enríquez.
De acuerdo con la encuesta de encuestas, con fecha de corte del 19 de mayo, Morena tiene una ventaja considerable, de más de 7 puntos. Esa es una razón muy poderosa para defender el voto. Se habla de una cantidad importante de segmentos de la población que están constituyendo brigadas para cuidar cada sección y casilla. De hecho, se ha adelantado que Morena tiene cubierta la representación de 100% de los centros que albergarán las urnas.
Está claro que hay una organización y logística muy detallada. A su vez, la propia dirigencia nacional, sabedora de la importancia que tiene Durango, movilizará a muchos observadores ante la amenaza latente que existe de coaccionar el voto. Todo ello, sumado a la percepción que se ha generado a favor de la izquierda, allana el camino para sembrar la semilla de la esperanza en ese punto relevante de la geografía nacional.
Morena está lista para marcar la diferencia en Durango. Será un momento histórico que nos tocará atestiguar cuando los resultados preliminares comiencen a fluir. Eso, con toda la razón que fundamentan las encuestas y la lógica de las circunstancias, se coronará con el triunfo inexorable de la coalición Seguimos Haciendo Historia. Será, en ese propósito, la conquista de Durango, pese a los esfuerzos mayúsculos que pondrá en marcha el conservadurismo. A ellos, por su mala reputación y las malas prácticas de la mapachería, los vencerá el Pueblo organizado y la revolución de las conciencias.