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Movimiento inmobiliario

El 19 de agosto de 2021, las y los estudiantes de la Federación de Estudiantes Universitarios, las y los vecinos de Huentitán y las personas activistas ambientales que llevaban acampando en el “Parque resistencia Huentitán” desde hace 140 días fueron despertados y despertadas alrededor de las 3 de la mañana con la llegada de por lo menos 15 camionetas sin logotipos, de donde descendieron elementos vestidos de civiles que les amenazaron a punta de pistola y para desalojarlos del predio que pretendían proteger.

Desde hace meses, este parque se encuentra en medio de las discusiones sobre los intereses inmobiliarios de Movimiento Ciudadano en Jalisco, que superan el interés por el bien del Pueblo y del medio ambiente en Jalisco.  El gobierno del estado, ayudado por el gobierno municipal de Guadalajara, pretende construir un macro complejo habitacional en lugar de un parque; este proyecto se llamaría ICONIA y es, además, uno de los temas coyunturales que todas y todos los candidatos a la presidencia de Guadalajara tomaron como bandera durante los pasados comicios.

El parque cuenta con más de 900 árboles nativos que serán destruidos para la construcción de torres de departamentos, incluso cuando las y los vecinos de Huentitán se han manifestado en diferentes ocasiones respecto a la negativa de la comunidad hacia la construcción de ICONIA en un predio que pertenece al ayuntamiento de Guadalajara; o sea: a todas y todos los tapatíos.

El parque se vendió a cambio de “obras” (que dicho sea de paso están a sobre precio) que debían estar terminadas a finales de 2018 y es hora que las empresas no han sido sancionadas por no haber entregado en tiempo lo acordado.

Las y los estudiantes, vecinas, vecinos y activistas que tomaron el parque lo hicieron a nombre de todas y todos los tapatíos; son la resistencia a un voraz ataque inmobiliario que desparezca un espacio del Pueblo para lucrar y beneficiar a esos pocos empresarios inmobiliarios que han ido tomando el control del estado de Jalisco de la mano de su más grande aliado: el partido Movimiento Ciudadano.

La historia del cinismo de Enrique Alfaro para amedrentar y violentar a toda persona quien tenga el valor de manifestarse en Jalisco está documentada en todas partes: feministas, activistas, periodistas y ahora estudiantes han sido aplastados por la Fiscalía General de Jalisco, el brazo armado del gobernador, que ejecuta sin tapujo alguno las órdenes en contra de las y los ciudadanos valientes que alzan la voz. En Jalisco nos pudrimos en inseguridad y nos ahogamos por las inundaciones a causa de la mala planeación de las ciudades por la constante construcción vertical en espacios donde el drenaje no alcanza a abastecer pero que —por supuesto— otorgan múltiples permisos para continuar construyendo a todos los amigos de Alfaro, quienes (casualmente) se han enriquecido desde que fue presidente municipal de Tlajomulco y después de Guadalajara. También en Jalisco —específicamente en Zapopan— hay colonias que llevan hasta 6 meses sin agua, otra vez por la mala planeación de la ciudad. Pero, aunque existan todas estas problemáticas que, de fondo, podría empezar a solucionar el gobernador o el presidente municipal de Guadalajara, ellos dedican su tiempo a ver de qué forma pueden seguir lucrando con los recursos del estado que pertenecen al Pueblo.

Un ministerio público ordenó el desalojo del parque a las 00:00 hrs de ese mismo día y la fiscalía, en 3 horas, estaba efectuando la orden de desalojo. Eso sí que es justicia pronta y expedita. Claro, cuando se trata de los intereses de Movimiento Ciudadano y sus compadres, la fiscalía actúa al momento y sin dudar, pero cuando se trata de proteger la vida y la integridad de las y los jaliscienses, todos vivimos en un estado de desamparo total de la autoridad.

Las y los estudiantes privados de su libertad por 2 horas mientras eran amenazados contaron sus testimonios en redes sociales, uno de los testimonios que más me impactó fue el de una de las estudiantes (de la cual prefiero no decir su nombre) quien, en su cuenta de Twitter, relató cómo a punta de pistola un oficial (sin identificarse) le quitó su celular y le prohibió comunicarse con personas afuera del campamento, mientras le decía que se tranquilizara porque no la iban a “desaparecer”, como si eso de algún modo sonara “tranquilizante”.

ICONIA sigue siendo tema de debate, las y los estudiantes, junto con las personas vecinas al lugar, continúan organizándose para volver a tomar el lugar, porque al ser un espacio público es de todes.

En rueda de prensa esta semana le preguntaron a Enrique Alfaro por el parque y contestó “—¿Cuál parque? —” lo que reafirma el autoritarismo y cinismo con el que se ha apropiado de la ciudad, de nuestra ciudad.

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