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Mujeres empresarias en México

En el artículo pasado hablamos de los empleos en los que se ubican las mujeres en los tres sectores de la economía, las desigualdades que viven y los efectos sociales que produciría incrementar mujeres en los empleos formales, que, sin duda, es un gran reto nacional, especialmente porque las mujeres han roto las barreras de la desigualdad.

Hoy abordo el tema de las mujeres empresarias, ya que ellas también padecen la discriminación en ese mundo. Por ejemplo, la Asociación de Emprendedores de México (ASEM) señala que hay 6 millones de mujeres emprendedoras. Sin embargo, la mayoría de ellas están en la informalidad, por ende, tienen menos oportunidades para el crecimiento y éxito de su negocio. Paradójicamente la formalidad les implica costos en los trámites, pero al mismo tiempo, la informalidad les impide acceder a créditos para crecer y fortalecer su negocio.

Las mujeres suelen emprender en retail —sector servicios— (23%), belleza (9%), comercio e industria alimentaria (6%) y en empresas de software y tecnología el (5%). Según un estudio realizado en el año 2021 por el Instituto de Información Estadística y Geográfica (IIEG), el 77% de las mujeres son socias o dueñas de empresas micro; el 14.9% de pequeñas empresas; y el 6.2 % de empresas medianas y solamente el 1.9 % de grandes empresas. Mientras que los hombres, el 14.1% son socios o dueños de una empresa mediana y el 8.9% de una empresa grande, lo cual hace evidente la diferencia.

Según BBVA[1], el 65% de las mujeres emprendedoras tienen estudios universitarios y solo el 53% de los empresarios. Destaca, además, que cuando las mujeres toman decisiones de emprendimiento, el 20% lo hace para mejorar su calidad de vida, el 20% lo hace por gusto, el 18% para continuar una empresa familiar y el 29% para tener independencia económica.

Asimismo, es importante señalar que las emprendedoras son propietarias del 36.6% de los establecimientos micro, pequeños y medianos (MIPYMES) y que estos establecimientos ocupan un máximo de dos personas, lo que muestra que el tamaño de la empresa no es de grandes dimensiones.

En Jalisco, según el estudio de expectativas económicas del sector privado, los hombres son dueños del 65.8% de las empresas y las mujeres sólo son dueñas del 31.7%.[2] En el 19.3% de las empresas medianas y grandes que fueron encuestadas, más del 50% de los cargos directivos son ocupados por mujeres. Ninguna empresa tenía el 100% de los niveles directivos ocupados por mujeres. En contraste 5.7% refirió que ninguno de sus cargos directivos era ocupado por una mujer, mientras que 43.0% dijo que entre el 1% y 25% de sus cargos directivos eran ocupados por mujeres. El 31.1% de las empresas tuvo entre el 26% y 50% de mujeres ocupando niveles directivos.

La Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, incluyó en sus 100 compromisos de gobierno: «fomentar el emprendimiento de base tecnológico, promover el emprendimiento y crear esquemas de desarrollo regional para el surgimiento de nuevas micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), con una perspectiva de género».

Del porcentaje de empresarias, el 49% tienen de 18 a 34 años, 41% de 35 a 54 años, o sea, son mujeres jóvenes que están dispuestas a emprender un negocio o que tienen experiencia en poder concretar una actividad empresarial. Por ello, la igualdad de género en esta materia también debería ser una prioridad para potenciar el desarrollo empresarial y ayudarles a sortear los obstáculos que enfrentan por ser mujeres para cerrar la brecha de la desigualdad.

Es cierto que para facilitar el surgimiento de más mujeres emprendedoras en México, es muy importante abordar la capacitación para el desarrollo de empresas lideradas por mujeres[3], porque conforme aumenta el nivel jerárquico, disminuye el número de mujeres en esos espacios, mientras que la participación de mujeres alcanza 36% en la plantilla laboral de empresas listadas en las bolsas mexicanas de valores, se reduce a 21% en direcciones de áreas jurídicas, 10% en direcciones de finanzas y a 4% en la dirección general.

Es necesaria la creación de Comisiones de Género e Inclusión en la Industria, que tengan como finalidad atender los temas de la desigualdad de género, las brechas salariales, el techo de cristal y el fomento del ingreso de las mujeres a la industria. Por ello, vale la pena desafiar la discriminación y promover la apertura y consolidación de empresas lideradas por mujeres para que accedan a los beneficios gubernamentales que se ofrecen.


[1] https://www.bbva.mx/educacion-financiera/creditos/crecimiento-de-las-mujeres-empresarias-en-mexico.html

[2] IIEG, 2021.

[3] https://www.bbva.mx/educacion-financiera/blog/mujeres-emprendedoras-en-mexico.html#:~:text=El%20rol%20de%20las%20mujeres%20emprendedoras%20en%20México,-Las%20mujeres%20componen&text=Es%20decir%2C%20que%20su%20impacto,a%2049%25%20en%20el%202020.

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