Amigos: Les tengo un notición. No me pregunten cómo, ni cuándo ni quiénes, ¡pero estamos viviendo tiempos excepcionales! Somos el primer país en que la oposición ha diseñado una manera tremendamente impactante y original para protestar por el intento de someternos a una de las dictaduras más peligrosas del mundo y de la historia. Y de ese mismo tamaño es nuestra hazaña. Hagan de cuenta de que ya nos transformamos en una guerrilla rosa, que está y no está en todos lados. Así como les digo: inventamos la forma más agresiva, potente y poderosa de manifestarnos. Somos la marea rosa que inunda el pensamiento humano de una manera que nadie imaginó. Para empezar, ya no somos marea, ¡sino guerrilla! Les explico: ayer inició la Guerrilla Rosa, con una nueva forma de manifestarnos: des-de nues-tras casas. Exacto. En cada casa, de cada ciudad y rincón del país, nos manifestamos a gusto, gritando en nuestro baño, en nuestra recámara, en la cocina, ¿sí captan? Ayer así le hicimos: ahí estábamos protestando, mientras veíamos la clausura de las olimpiadas, o sea, esta modalidad permite hacer varias cosas al mismo tiempo: protestar, comer botana, tomar cerveza y ver la tele, todo al mismo tiempo y en un ambiente muy familiar. O sea, sí hubo un grupo que fue al INE a protestar, claro, pero eso fue solamente simbólico. Y tenía un mensaje clarísimo: “El INE no nos importa tanto”, ¿sí captan? O sea, porque en realidad es el TRIFE el que decide, ¿no? Entonces, para qué ir tan lejos a asolearse, cuando uno puede estar protestando a gusto en la intimidad del hogar. Y créanme: éramos millones protestando en nuestras casas. Yo lo sé porque mi vecina también estaba en su casa, viendo la tele, y ella también está muy angustiada por la sobrerrepresentación. Y por supuesto, dos de mis amigas que el sábado me las encontré en el salón de belleza del club, y que también odian todo lo que les pongan enfrente. Entonces les digo: de ahora en adelante, la gente bonita protestará desde sus casas, para diferenciarnos de la chairiza que les encanta andar llenando plazas a la menor provocación. Se les advierte: nuestra protesta será interestelar, porque también se sumarán amigos nuestros que están en Europa, preferentemente en España, en EE. UU. y así. Desde luego, también desde sus casas. Resumo: no piensen que la Marea Rosa fracasó ayer. ¡No! Somos ahora la guerrilla rosa del hogar, y desde ahí nuestra venganza será nuclear. ¡Agárrense!
