Mar Ferreira

A un par de semanas de haber inundado la ciudad con nuestras consignas, con nuestro dolor y con nuestra rabia, parece que ya nadie recuerda que hoy en día es más peligroso ser mujer en México que contraer COVID-19. 

Para quienes no fue nuestra primera vez en la marcha nos sucedió algo fascinante: nunca habíamos visto tantas voces juntas, éramos un mar de lucha… De esa lucha que siempre ha estado pero que no siempre todas han dado. Por que a decir verdad no es sencillo autoproclamarse feminista; no es sencillo porque el patriarcado nos pone a prueba TODOS los días. 

Madres, hijas, adolescentes, señoras de la tercera edad con lirios morados en la mano… Todas estábamos ahí retumbando que todos los días diez de nosotras ya no están, que nos hacen falta y que eso nos quiebra el alma. 

Yo la describiría como una marcha de mujeres, de mujeres cansadas de no sentirse seguras en su trabajo, en la calle, en sus propias casas. Y es que para estar cansada no se necesita ser feminista pero para terminar con esto sí se necesita que todas las personas vivamos en feminismo. 

Vivir en feminismo para que todas las personas seamos sujetas de derechos. Claro que es necesaria la lucha de las compañeras feministas desde sus diversas trincheras pero no se trata de pelearnos con nuestra abuelita porque no es pro aborto. Se trata de explicarle que lleva una vida no siendo sujeta de derechos y que por ella luchamos, por ella y porque todas las mujeres de ahora en adelante sepan que ellas deciden sobre su cuerpo. 

Busquemos que nuestra lucha sea para todas sin que todas necesariamente piensen como nosotras, todas tenemos el mismo hartazgo manifestado en formas diferentes. Sumemos a las que están a nuestro alrededor una vez que todas tengamos la oportunidad de decidir, de ser y de hacer será mucho más sencillo coincidir en aquellos temas donde hoy parecemos enemigas. 

Seamos una. Seamos esa misma que busca que todas tengamos los mismos derechos aunque pensemos diferente. “No tenemos que ser amigas”. Sólo tenemos que acompañarnos para llegar al mismo sitio. 

Mar Del Rio Ferreira.Comunicóloga audiovisual por la Universidad del Claustro de Sor Juana. Trabaja en el Congreso de la Ciudad de México. Overthinker, obsesiva compulsiva catastrófica. Detesta el cilantro y el patriarcado.

 Twitter:@Mardferreira