¡Qué cosa! Xóchitl estuvo de gira en EE. UU. y de verdad que hizo historia en ese país. ¿Cuándo nos íbamos a imaginar a nuestra próxima Presidenta llegar a NY en bicicleta, mostrando su simpatía (siempre sonriente con la boca abierta, hasta cuando pedalea), su arrojo y su agilidad deportiva? Sin duda podría representarnos en cualquier competencia internacional. Es verdaderamente una crack esa Xóchitl deportista, que cambia el malhumor neoyorquino inmediatamente y cambia de personalidad de acuerdo con las circunstancias. ¡Es como nuestra Barbie mexicana! Por ejemplo: tenemos a la Xóchitl migrante, esa que saluda gente morenita, tipo trabajadora, que la trata bien y no la insulta ni nada. Se saca fotos con ellos y ya. Esa Xóchitl migrante amorosa, que abre su corazón a los que trabajan en los EE. UU.  lavando inodoros, porque eso es lo que saben hacer muy bien, a diferencia de Trump, que no tiene la menor idea. Otra Xóchitl que tenemos y me gustó mucho fue la Xóchitl libertaria, mejor conocida como la Xóchitl Milei… Habla con los empresarios gringos y les dice que, si ella gana, tendrán otra vez mucho chance de quedarse con el petróleo de México, porque ella para eso está (lo mismo con la electricidad y, por supuesto, con el litio, que ahora que lo tiene el gobierno no sirve de nada). Me encanta que ella dice las cosas de frente y muy claras: México sí está a la venta, porque nuestros vecinos sí saben cómo hacerlo. Otra Xóchitl que me gusta mucho es la Xóchitl juvenil, esa que se reúne con los hijos de los panistas que viven en EE. UU. para platicar cosas feas de AMLO y sus secuaces. Esos muchachitos tan guapos, bien arregladitos, blanquitos y peinados, se reunieron con ella para volver a sentir la esperanza de que a sus papás les vuelva a ir muy bien haciendo negocios un poquito sui géneris, pero que les garantizaban mucha felicidad a sus familias. Pero la mejor Xóchitl hasta ahorita es la Xóchitl guasona, esa que se esconde de unos malditos morenistas disfrazados de migrantes que llegaron a NY a acosarla y gritarle de cosas. Y luego luego se ve que son gente pagada por AMLO, financiada por el comunismo internacional y por el Foro de Sao Paulo, que no sé qué es, pero es algo horrible. Todo el mundo lo menciona. Pero el chiste de todo es que Xóchitl le vio la cara a toda esa bola de renegados que fueron a insultarla, porque se cambió el abrigo con otra persona. ¡Ja, ja, ja! Se salió del lugar en donde estaba atrapada pero no era ella, ¡ja! Todo el mundo pensaba que estaba insultando a Xóchitl, pero en realidad insultaban a la otra, ¡ja, ja. ja! ¡Fue tan divertido!  ¡Divertidísimo! ¡Bien divertido!… Y que ni crean los mugres migrantes que nos importan. Ellos ya no viven en México, ¿ok?