Con la llegada de octubre, se presenta la posibilidad de incidir en la lucha contra el cáncer de mama que. según cifras oficiales, es la neoplasia más frecuente en la población mundial y entre las mujeres, con un estimado de 1,671,149 nuevos casos diagnosticados anualmente, además de ser la causa con mayor mortalidad en la mujer con 521,907 muertes anuales, (14.7%).
Diversas investigaciones demuestran que la incidencia de cáncer de mama continúa aumentando en el mundo, debido —según especialistas— a la mayor esperanza de vida, el aumento de la urbanización y la adopción de modos de vida no saludables, entre algunos otros factores. El 19 de octubre, Día Internacional del Cáncer de Mama, tiene como objetivo sensibilizarnos acerca de todo lo que concierne a esta enfermedad, por lo que ese día y durante todo el mes, organismos internacionales, nacionales y organizaciones no gubernamentales, promueven con mayor énfasis la detección precoz de este padecimiento, a fin de mejorar el pronóstico y la supervivencia.
De acuerdo con las estadísticas arrojadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que, cada año en las Américas, más de 462 mil mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama, y casi 100 mil mueren a causa de esta enfermedad. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) aportó que en América Latina y el Caribe, el mayor porcentaje de fallecimientos ocurre en mujeres menores de 65 años. En México, es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres de 25 años y más. Estas actividades buscan la participación social orientada a tomar conciencia, fomentar la corresponsabilidad de las mujeres, de su familia y su comunidad en el cuidado de su salud e identificar y valorar factores de riesgo, así como promover estilos de vida saludables. Existen dos tipos principales de cáncer de mama: el carcinoma ductal —el más frecuente— y el carcinoma lobulillar. Los principales factores de riesgo incluyen una edad avanzada, primera menstruación a temprana edad, edad avanzada en el momento del primer parto o nunca haber dado a luz, antecedentes familiares de cáncer de mama, consumir hormonas tales como estrógeno y progesterona, consumir licor y ser de raza blanca; sólo entre 5 a 10% de los casos es causado por mutaciones genéticas heredadas.
En cuanto a los estudios sobre la autoexploración y la exploración clínica de mama y su impacto en la mortalidad, no han mostrado evidencias consistentes de su beneficio; sin embargo, las investigaciones recientes apuntan hacia la efectividad de ambas intervenciones cuando se garantiza un programa organizado para el diagnóstico temprano en mujeres de 25 a 39 años. La OMS recomienda la educación dirigida a sensibilizar a las mujeres sobre la importancia de conocer las características normales de sus mamas y demandar atención médica si se descubre alguna anormalidad, así como la exploración clínica ante la ausencia de servicios de tamizaje por mastografía, acompañada de programas de educación a la población y enfatiza que únicamente los programas de tamizaje organizados de mastografía pueden reducir las tasas de mortalidad por esta neoplasia maligna.
La autoexploración significa que las mujeres revisemos nuestras mamas de forma frecuente, para buscar cualquier cambio, aparición de “bolita/s”, cambios en la piel, dolor o inflamación. Con cualquiera de estos síntomas, debemos acudir inmediatamente a recibir atención médica. Pero también, en voz de Women’s, “Para detectar un cáncer de mama, un médico “humano” sigue siendo mejor que los sistemas de inteligencia artificial”.
La OMS estima que 1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida, por lo que las mujeres debemos realizarnos una evaluación regularmente, pero también, por lo que insta a demandar mayores recursos públicos y privados para esta gran lucha, cuyo tema en el 2024, es «Nadie debería enfrentarse al cáncer de mama en solitario”, un aspecto fundamental para enfrentar esta compleja experiencia… quienes integramos el género femenino libramos muchas batallas a lo largo de nuestra existencia y el cáncer de mama es una de las más duras y complejas, por lo que requerimos un sistema de salud que promueva el cuidado y la prevención, así como, -en caso de necesitar atención-, contemos con los recursos suficientes para responder de forma eficiente y eficaz, pero también del apoyo, empatía y solidaridad de todos y todas.
En la administración de la primera mujer Presidenta, la Dra. Claudia Sheinbaum, para luchar contra este padecimiento, esta lucha demanda cumplir uno de sus principales compromisos —que responde a uno de sus ideales—: colocar a las mujeres en el centro de las políticas públicas.