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En el pecho de una mujer, el águila dorada

Ha circulado una fotografía hermosa en donde le están tomando medidas de la banda presidencial a la Dra. Claudia Sheinbaum para verificar en qué lugar colocar el águila dorada, que la muestra sonriente y solemne.

Esta fotografía ilustra los anhelos que muchas mujeres mexicanas tuvimos durante muchos años, no solo porque sea una mujer —que eso ya de por sí es importante—, sino porque sea ella, sí, una mujer de izquierda, capaz, inteligente y que se forjó en las bases del movimiento democrático de este país.

Cuando tome protesta como Presidenta constitucional, abrirá un camino de esperanza y también de muchísima responsabilidad. Que una mujer sea por primera vez la titular del Ejecutivo federal en México[1] significa lo que denomino «darle la vuelta de tuerca al machismo». Aunque ha enfrentado y confrontado esta violencia contra ella, casi se ha pasado por alto; proviene de los hombres y también de las mujeres que le han dicho de todo, tanto interna como externamente, tanto desde la izquierda como —especial y particularmente —desde la derecha.

En Claudia. Sheinbaum se concentraron todas esas violencias que padecemos las mujeres, que nos critican por insensibles o hipersensibles, que somos ambiciosas e ingratas, que somos violentas o sumisas. Estamos siempre ante la disyuntiva de ser quienes somos o «fingir» para acomodarnos a lo que l@s otr@s nos demandan. Sor Juana lo dijo muy bien: “Nos acusáis sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que juzgáis”, porque no están acostumbradas ni las mujeres ni los hombres a saber sortear el machismo sin privilegios, incluso de esas mismas que critican de manera ácida, pero que se han encontrado con un terreno árido para que dichas críticas tengan sentido.

Las mujeres nos tenemos que dar la oportunidad de afirmar y confirmar lo que la próxima Presidenta nos ha dicho de manera insistente: “No llego sola, llegamos todas.” Lleguemos todas, reconozcamos que la presencia de las mujeres no solo sea simbólica y forme parte de un número. La experiencia de ella y de muchas de nosotras es que tenemos que remar a contracorriente contra otros, otras y nosotras mismas, fomentemos el reconocimiento, no les permitamos a esos otros que incidan en nuestro caminar, busquemos nuestra mirada y nuestra presencia empezando por nosotras mismas.

El segundo piso de la Transformación tiene un gran reto por delante, construir relaciones de igualdad laboral y salarial para las mujeres, erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres y construir relaciones de sororidad y reconocimiento del potencial femenino para emprender una confrontación al machismo.

Llegamos con un piso emparejado, y sí, aún muchos retos por delante. Lo cierto es que la Doctora Sheinbaum va a continuar con la labor titánica del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Según el INEGI, el primer semestre de 2024, México obtuvo el lugar 1 entre los países de la OCDE con más empleos y mejores salarios; es de los países con menor incremento de deuda —incluso durante covid-19—; 9.5 millones de personas superaron los niveles de pobreza; aumentó el salario mínimo; se logró eliminar el outsourcing; se concluyeron 1200 obras públicas que conectaron zonas antes olvidadas y se están concluyendo obras que el neoliberalismo no terminó, como el tren sub urbano Toluca-Santa Fe. Hay una redistribución de la riqueza con programas sociales, que siempre nos dijeron que era imposible hacerlo y que fueran universales, pues hoy son una realidad para millones de mexicanas y mexicanos.

La Dra. Sheinbaum empieza un sexenio empedrado, le tocará emparejarlo y dar continuidad con los programas que ya ha planteado: el apoyo a mujeres de 60 a 64 años; políticas de cuidado y el apoyo a niñas, niños, adolescentes y jóvenes para que ingresen, permanezcan y no abandonen la escuela, desde los niveles iniciales, hasta la educación superior.

Como profesora e investigadora, recibo con mucho agrado la transformación de la nueva Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación que encabezará la Dra. Rosaura Ruiz, una científica con amplia trayectoria en las ciencias y la nueva Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, propone reformas importantes. El CONACYT se transforma en CONAHCYT y se propone fomentar la formación, la investigación, la divulgación y el desarrollo de proyectos en materia de humanidades, ciencias, tecnologías e innovación se realice bajo los principios: rigor epistemológico, igualdad y no discriminación, libertad académica, inclusión, pluralidad y equidad epistémicas, interculturalidad, diálogo de saberes, producción horizontal y transversal del conocimiento, trabajo colaborativo, solidaridad, beneficio social y precaución.

Sin duda, un país que incrementa sus niveles educativos no solo transforma las vidas personales, también nos permite construir sociedades más justas, mejora los niveles de empleo, fomenta la investigación científica y tecnológica para resolver los problemas de su realidad nacional y sobre todo, nos permite construir nuevos lazos sociales y erradicar las ignorancias y los sistemas violentos de la desigualdad de género, social, económica y política.

Que esa águila dorada guíe el camino justo de un México que se abre brecha para crear un sistema democrático donde quepamos todas y todos.


[1] Así lo escribí en este mismo medio el 17 de septiembre de 2023: «Vuelta de tuerca la machismo».

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