A pesar de haber sido condenado, Trump será presidente por segunda vez. El electorado norteamericano nuevamente le da la gran oportunidad.
Donald Trump se ha caracterizado por ser fiel defensor de los aranceles como forma política de amagar e incidir a su manera en la economía de países como México, fijando dirección de lo que él considera que afecta sus intereses.
Por eso, hablar de una nueva era implica revisar cuando menos lo más sobresaliente del pasado, quizá así nuestras deducciones acerca de la política arancelaria que afectará la economía global se verán justificadas.
Nos guste o no, Estados Unidos es una de las mayores economías e influye de forma positiva o negativa en la política económica y monetaria global, pues altera cadenas de suministro, ahuyenta o atrae socios comerciales, etc.
De ahí la importancia de recordar que, durante su primer mandato presidencial (2017-2021), Trump definió tendencias geopolíticas, presionando acuerdos comerciales con México y Cánada, logrando reeditar el TLCAN (Tratado de Libre Comercio para América del Norte) para convertirse en el TMEC (Tratado México, Estados Unidos y Canadá), lo que favoreció en buena medida a Estados Unidos.
Y qué decir de la guerra comercial con China de 2018-2019, que implicó la disputa de las dos economías más fuertes del mundo: ¿cuáles fueron los motivos? El comercio y la propiedad intelectual.
En lo que concierne a México, tan solo en 2018, Trump impuso a nuestro país aranceles del 25% y 10% sobre el acero y el aluminio. El entonces Presidente Andrés Manuel respondió con el aumento de aranceles a productos como lácteos, cerdo, etc.
Para el 2019, Trump nuevamente amenazó con imponer tarifas arancelarias de hasta el 25% sobre las importaciones de México con la finalidad de tomar mayores medidas para reducir los flujos migratorios.
En esta nueva era, fiel a su costumbre, Trump ya hizo amenazas de esta naturaleza, incluso sin tomar posesión, ¡ojo ahí!
Sabemos que las estrategias de figuras como Trump siempre serán proteccionistas y lógicamente controversiales. Primero, como mexicanos no debería sorprendernos y, segundo, sí hay que advertir que la narrativa de competitividad global no es real, más bien lo que sí es real es la guerra comercial que inició entre 2017-2021.
Con el regreso de Trump sí debemos esperar políticas proteccionistas más agresivas, y también debemos esperar agilidad y habilidad en las Secretarías de Economía, y Relaciones Exteriores, respectivamente.