Es complicado comenzar a enlistar las pifias cometidas por la candidata del PRIAN Xóchitl Gálvez Ruiz; son demasiadas. Resulta imposible llevar tan amplio archivo, diario comete al menos un error notable, porque su trayectoria como payaso político ya tiene unos añitos. Comenzó con su paso por la alcaldía Miguel Hidalgo como delegada, desde donde llevó a cabo episodios cómicos —de pena ajena —, por ejemplo, cuando peleó en un baño público porque no le dieron nota de remisión o algún recibo. Aunque lo más importante a destacar de esa etapa que vivió como titular del Ejecutivo de dicha alcaldía es que se llenó de negocios al amparo del poder y se coronó como miembro destacado del Cártel Inmobiliario de la ciudad de México.
Posteriormente, tuvo la fortuna de llegar a mayores ligas como senadora del PAN, aunque la señora X. niega rotundamente ser partidista, no obstante, siempre ha obtenido cargos públicos, grandes sueldos y contratos millonarios por ser militante incondicional del partido “agresión” nacional.
Pareciera que también uno de los trabajos que tuvo la exsenadora en la cámara alta fue protagonizar varios circos de muy bajo nivel con el pretexto de oponerse a las reformas enviadas al Congreso General por el Presidente López Obrador. Alguna vez se tiró al suelo del pleno y se revolcó ahí con los senadores Gustavo Madero y Emilio Álvarez Icaza, a modo de performance —sin sentido, por supuesto, ya que no evitaron nada con su espectáculo—. En otra ocasión, según ella iba evitar que tuviera lugar una sesión sobre reformas relevantes en la Antigua Sede del Senado, por lo que se amarró con cadenas a la mesa del recinto. La sesión se llevó a cabo en otro espacio y ella se quedó ahí amarrada sin que valiera la pena el ridículo. Otro recuerdo memorable del circo de la candidata de derechas fue cuando se disfrazó de dinosaurio e intentó reventar otra sesión sobre reformas impulsadas por el grupo mayoritario. No sé quién le dijo o aconsejó que con sus espectáculos de pésimo gusto iba a lograr algo, ¿o tanta tontería es por iniciativa propia? No es creativa, no da risa, no cae bien.
¿Por qué la derecha escogió al peor perfil posible como su candidata? Ah, ya lo recordé, cayeron rendidos ante la agenda que impulsa AMLO desde la mañanera.
La semana pasada en el Estado de México, durante un encuentro con mujeres de dicha entidad, la señora X. cometió uno de los errores más graves de su ya bastante fracasada campaña. Ante las asistentes, dijo —por supuesto con transmisión en vivo y videos de testigo— que: «Había que estar muy güey para no tener un patrimonio a los 60 años». ¡Se voló la barda! En México hay millones de adultos mayores que han tenido vidas adversas, diversas condiciones externas a ellos han hecho que el mercado inmobiliario sea impagable para muchos, es sumamente costoso adquirir una vivienda y los sueldos están muy por debajo de esa posibilidad. Es hasta ahora con el gobierno de la Transformación y el humanismo mexicano que han subido los salarios para la clase trabajadora, el neoliberalismo dejó el tejido social destruido y al Pueblo empobrecido; no todas las personas tienen las mismas oportunidades, muy pocas personas tienen privilegios en este país. Hay que ser muy tonto o estar muy disociado para no ver la gran desigualdad que dejó en México la corrupción priista. Solo los corruptos como Xóchitl alcanzan a hacerse de propiedades y fortunas a través del tráfico de influencias y demás prácticas de corrupción.
«Habrá que preguntarle (sic) a los muertos», dijo Xóchitl en el primer debate presidencial, qué osadía, aquí la más güey del panorama político nacional es ella y todavía se atreve a ofender al Pueblo de México.
Ni Peña Nieto se atrevió a tanto, lo bueno es que está perdida y en la lona, ni todo el dinero del mundo la harían ganar.