Como parte del paquete de iniciativas de reformas constitucionales presentadas el pasado 5 de febrero del presente año por el expresidente Andrés Manuel López Obrador e impulsadas por la actual titular del Poder Ejecutivo Federal, Claudia Sheinbaum Pardo, recientemente, fue aprobada la reforma constitucional en materia energética modificando los artículos 25, 27 y 28 de la Carta Magna.
En la Cámara de Diputados la reforma fue aprobada con 353 votos a favor y 122 en contra; mientras que en la Cámara de Senadores fue aprobada a favor con 86 votos, 39 en contra y una abstención. Actualmente la se encuentra en los congresos de las entidades en donde se espera que sea aprobada por al menos 17 legislaturas locales; ante ello, es preciso destacar algunos beneficios sociales que traerá esta reforma en el marco de la política energética en el Humanismo Mexicano.
Mientras que en 2013 con la reforma energética del sexenio de Peña Nieto se desmanteló a la CFE y a PEMEX dándole más importancia a la competitividad en el mercado, aunque en realidad buscaban la destrucción de las paraestatales y por ende las desviaban de su responsabilidad y sentido social con las que fueron creadas. En cambio, ahora con esta reforma se fortalecerán a las paraestatales para que impulsen el desarrollo del país, asimismo se arropa jurídicamente a la política energética que inició en el pasado sexenio el expresidente López Obrador y que se seguirá fortaleciendo en el actual sexenio, encaminada a fortalecer a las legendarias empresas que nacieron con espíritu nacionalista y sentido social.
En ese sentido, los principales cambios a la Constitución son los siguientes: en el artículo 25, se expresa la recuperación de PEMEX y CFE como “Empresas Públicas del Estado”; en el artículo 27, quedó estipulado la protección del Litio como un bien de la nación, el cual no se permitirán ningún tipo de concesiones y su uso será principalmente para el desarrollo nacional; esto sin duda garantiza la seguridad y autosuficiencia energética; en el articulo 28, quedó de manifiesto que las empresas públicas del Estado no establecerán un monopolio y por ende no se excluirá al sector privado.
En cuanto a la generación de energía eléctrica el 54 % estará a cargo de la CFE y 46 % en manos de la iniciativa privada; dando importancia a la transición energética mediante energías limpias; además se fortalece la soberanía al ya no depender de los roles e intereses del sector privado; esta empresa pública garantizará el servicio de energía eléctrica a las familias mexicana a un precio justo.
Otros de los beneficios importantes para el pueblo de México que se desprenden a partir de esta reforma, se encuentra el acceso a internet gratuito a través del programa “Internet para Todos”. Este beneficio es muy importante ya que apertura y garantiza el derecho a la libertad de expresión, a la comunicación, el acceso a la información, entre otros; lo anterior será posible ya que la reforma permitirá un esquema de distribución de internet que estará a cargo de la CFE, tomando así el Estado la responsabilidad de otorgar servicios públicos gratuitos.
Esta reforma es trascendental para la política energética de nuestro país por la visión nacionalista y el modelo de Humanismo Mexicano que consiste en la protección de los recursos naturales, la defensa de los bienes de la nación, pero sobre todo por colocar a las empresas públicas del Estado como principales impulsores del bienestar del pueblo.
Es preciso resaltar que a diferencia de la reforma del sexenio peñista que fue votada a billetazos a pesar de que la ciudadanía se mostraba en contra, esta cuenta con legitimidad popular y se abrió a la conversación nacional en foros, debates y asambleas desde la primera ocasión que el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador la presentó a la Cámara de Diputados en el 2021.
Además, se reivindica la lucha política y social del Obradorismo en defensa de la soberanía nacional en momentos álgidos de la república, esta reforma hace justicia a las múltiples movilizaciones en donde participó la actual presidenta del país, como en el 2008 que lideró “la brigada de mujeres en defensa del petróleo Las Adelitas”. Por lo que, en tiempos de mujeres, impulsar la soberanía energética con sentido social en la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación, es un acto de congruencia política y a la altura del pueblo.