La reforma eléctrica, presentada por el ejecutivo federal, representa para México poder corregir y rectificar el camino por el cual se nos obligó a transitar a través de las reformas estructurales que Enrique Peña Nieto y la alianza “Pacto por México” aprobaron a ultranza de las mexicanas y mexicanos. Tiene un objetivo fundamental: defender los D.D.H.H. a través de la soberanía energética y eléctrica de nuestro país.
Las reformas estructurales del “Pacto por México” dieron como resultado una pérdida anual para CFE de aproximadamente 215 millones de pesos y su fragmentación en empresas subsidiarias como la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y el Centro de Control de Energía (CENACE), lo que provocó fallas directas entre la colocación de tarifas y la interconexión. Estos absurdos tan grandes daban facultades a CFE Calificados para vender energía sin tener la facultad de producirla, generando reventas al Estado mexicano elevando los costos para los usuarios finales.
Estos ejemplos son solo para dar idea sobre los resultados que han dejado las reformas estructurales que pretendían, en simples palabras, malbaratar CFE para entregar la energía eléctrica a privados.
¿Qué dice la propuesta de Reforma eléctrica?
El Estado mexicano será el único ente con la función específica de preservar la autosuficiencia energética, así como el abastecimiento para todos los mexicanos y, por tanto, de la dignidad humana. Se plantea un modelo de competencia en donde CFE pueda alcanzar mínimamente el 54% de producción y abastecimiento, mientras que el 46% sea referente a inversión privada, conformidad al artículo 134º constitucional donde se establecen los lineamientos para asegurar la competencia entre entes oferentes. Esto significa que no existirá un monopolio energético, absurdo argumento utilizado por los frentes opositores.
Por otro lado, resulta fundamental tomar en cuenta que se establece que los bienes materiales, como el litio, son estatizados y establecidos como bienes fundamentales para la transición energética de México. El litio hoy en día es considerado como “el oro blanco”. Entre los atributos que lo hacen especial está su uso para baterías de iones, utilizadas en celulares, autos eléctricos, así como en la generación de turbinas eólicas y paneles solares… Como podemos dilucidar, se emplea en fuentes de energía renovables, por lo que el litio se vuelve coyuntural para esta transición energética.
Asimismo, la reforma eléctrica indica que no se otorgarán concesiones posteriores a su entrada en vigor, es decir, no habrá concesiones para explotación ni exploración –exceptuando las ya generadas y aprobadas previas a la aprobación de la reforma eléctrica– de este bien mineral, lo que asegura la estatización del litio, lo que significa que el Estado mexicano será el encargado de la industrialización de este bien para su comercialización al mundo. Con el fin de generar una idea de lo valioso que resulta, Tesla Motors tiene como meta, para 2024, producir 33 millones de autos eléctricos en el mundo; todos utilizan litio para las baterías de los automóviles, lo que hace de la reforma una apuesta por el crecimiento y desarrollo económico y social de todos y todas en el país.
En conclusión, la reforma eléctrica apunta a defender los bienes que se intentaron entregar a extranjeros, generar modelos de competencia que favorezcan a los ciudadanos y, sobre todo, dignificar la soberanía nacional para apuntalar a México hacia la transición energética. #LaReformaEléctricaVa.