Ahora sí, el Pueblo chihuahuense contará con dos excelentes representantes, tanto en lo federal —con la brillante Andrea Chávez en la Cámara de Diputados—, como en lo local —con quien considero es el máximo obradorista histórico de Chihuahua, el licenciado Oscar Castrejón—.
Carentes de voces críticas y firmes, con calidad moral y ética, el Congreso de Chihuahua estuvo a punto de quedarse sin la representación del licenciado Oscar David Castrejón Rivas debido a las fuertes presiones que, desde lo más alto de la vieja política rancia local y desde el revivido duartismo que regresa con fuerza a la administración estatal, se intentó por todas las vías cancelar el derecho legítimo del licenciado Oscar David Castrejón Rivas a representarnos como diputado local.
Para el duartismo y para la oxidada clase política chihuahuense, Oscar Castrejón les resultaba incomodo, sería un estorbo para lo que se avecina en el escenario político y administrativo de nuestro querido estado de Chihuahua, por lo menos en los próximos tres años.
Les resulta incómodo porque es un verdadero hombre formado por el movimiento, autentico representante de la izquierda chihuahuense, de Morena, de la Cuarta Transformación y por lo que a mí respecta el principal promotor y defensor del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador desde mucho antes de que llegara a la titularidad del ejecutivo federal, cuando menos desde el ya lejano año 2005.
Ahora sí que el movimiento le hizo justicia a uno de sus militantes más fieles, a quien de manera disciplinada y desinteresada ha contribuido activamente no solo en las luchas del Pueblo chihuahuense sino también en las de carácter nacional. Chihuahua tendrá pues un diputado local que no tendrá recato en denunciar las canalladas que se avecinan por parte del renacido duartismo, contaremos con un diputado local que defenderá día a día los intereses legítimos de las y los chihuahuenses como ya lo ha hecho y demostrado a lo largo de su vida, sin necesitar un cargo público o de representación popular que lo acredite.
Por otro lado, haciendo un cambio de generación, se encuentra Andrea Chávez, quién con bastante orgullo y respaldo fronterizo, llega a la Cámara de Diputados para representarnos valientemente como diputada federal.
Andrea Chávez, a diferencia del licenciado Oscar Castrejón, quien la mayor parte de su vida ha radicado y conocido la problemática de Chihuahua capital, proviene de Ciudad Juárez. Ha sobrevivido a la mal llamada guerra contra el narco que instauro el genocida del expresidente Felipe Calderón y que probablemente fue precisamente en Ciudad Juárez, en la frontera del estado grande, en donde golpeo con más fuerza dejando daños incalculables así como una profunda descomposición social.
Andrea Chávez conoce perfectamente la problemática de la frontera, de Ciudad Juárez específicamente. Ha estado cerca de los movimientos populares, así como de las luchas de los trabajadores y las trabajadoras del sector maquilero. A su corta edad ha estado presente y acompañado las causas y luchas de las mujeres chihuahuenses que también han visto y han tenido en Ciudad Juárez un campo de batalla y de supervivencia ante el crimen organizado y un sector público corrupto y podrido que fuera de responderles o ayudarle ha estado coludido con la mayoría de los criminales dejándolas a su prácticamente a su suerte.
Como nadie lo ha logrado, la joven Andrea Chávez ha logrado poner en la agenda nacional los grandes problemas por los que atraviesa la ciudadanía chihuahuense. Ha tenido la gran habilidad de saberse comunicar con el Pueblo, ya sea a través de los medios convencionales y tradicionales, como también con las “benditas” redes sociales, en donde no tiene competencia con la actual clase política local, sin dejar de lado lo más importante, la interacción directa, en territorio, con el Pueblo que se ha encargado de nombrarla su digna representante.
Mi reconocimiento, cariño y respeto a ambos; serán dignos y auténticos representantes populares y como ya es costumbre decirles a quienes enarbolan las causas del Pueblo de México y la Cuarta Transformación al lado del presidente Andrés Manuel López Obrador: no tienen derecho a fallarnos.