El reciente acto de Ecuador al invadir la embajada de México es una afrenta no solo a la nación mexicana, sino también a los principios fundamentales de respeto y soberanía que rigen las relaciones internacionales.
El irrespeto manifestado hacia México por parte del gobierno ecuatoriano —liderado por Daniel Noboa— al asaltar la sede diplomática mexicana es una clara violación del derecho internacional y una acción que merece una firme condena por parte de la comunidad internacional.
Es comprensible que existan diferencias políticas entre naciones, e incluso entre gobiernos. Sin embargo, el respeto a las instituciones y a los acuerdos internacionales debe prevalecer por encima de cualquier disputa política.
México siempre ha sido un defensor del respeto a la soberanía de los estados y de los derechos de los refugiados, principios consagrados en la Convención de Viena y en otras normativas internacionales.
El argumento esgrimido por el mandatario ecuatoriano, quien justifica la intervención en la embajada mexicana acusando a México de violar convenciones internacionales, carece de fundamento y no justifica de ninguna manera la violación flagrante de la inviolabilidad de las sedes diplomáticas.
Es importante recordar que el derecho internacional establece claramente la protección de las embajadas como territorio soberano de los países representados.
Además, el caso específico del exvicepresidente Jorge Glas, quien se encontraba refugiado en la embajada de México, resalta aún más la gravedad de la situación. El derecho de asilo es un principio básico del derecho internacional humanitario, y su violación constituye una afrenta a la dignidad humana y a los valores democráticos.
Es alentador ver que la mayoría de los gobiernos del mundo han condenado la invasión de la embajada mexicana por parte de Ecuador.
Sin embargo, es preocupante que algunos sectores, incluso dentro de la ultraderecha, intenten justificar este acto de agresión. Es imperativo que se reconozca y se condene enérgicamente cualquier acción que atente contra la integridad y la soberanía de las naciones.
Es fundamental respaldar las decisiones del gobierno mexicano en la defensa de su soberanía y en la protección de los principios fundamentales del derecho internacional. México ha sido históricamente un país que ha abogado por el respeto y la paz entre las naciones, y no puede permitirse ser víctima de actos de agresión injustificados.
La invasión de la embajada de México en Ecuador es un acto de irrespeto y violación flagrante del derecho internacional. Es necesario que la comunidad internacional condene este tipo de acciones y que se respalde firmemente a México en la defensa de su soberanía y de los principios democráticos y humanitarios que tanto valoramos.
La Patria se defiende con firmeza, pero también con dignidad y respeto hacia los demás.
