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Sectorización: el Estado recuperando la rectoría sobre el agua

Todos los días se libra una batalla de dimensiones históricas en el subsuelo de la Ciudad: recuperar la rectoría del suministro de agua para garantizar la sostenibilidad de la urbe por los próximos treinta años.

Según datos de CONAGUA, el 15% de la población de la Zona Metropolitana del Valle de México no tiene acceso diario al suministro de agua. Alrededor de 1.8 millones de habitantes de la Ciudad deben buscar pipas para poder atender sus necesidades.

Lo más dramático de esas cifras es que el agua que se extrae de los pozos sumada a la que llega vía el sistema Lerma-Cutzamala sería suficiente para abastecer a cada habitante de la Ciudad de México si no fuera porque ¡el 45%! se desperdicia en fugas. A diferencia de otras ciudades del mundo, aquí el principal problema no está en el abasto del líquido sino en el desorden de la infraestructura hidráulica. Caos del que se benefician actores concretos.

En varias alcaldías, grupos políticos aprovechaban la escasez para condicionar el suministro de pipas a quienes les beneficiaban políticamente, a veces manipulando deliberadamente las válvulas para premiar o castigar a zonas con criterio electoral. Esto, sumado al elevado costo de contratar servicio privado de pipas, terminaba por ser de enorme lucro político y económico para unos cuantos.

A pesar de que este problema está plenamente identificado desde hace tiempo, fue apenas con el inicio de la administración de la Dra. Claudia Sheinbaum que se comenzó a atender de fondo.

Desde 2019 SACMEX construye un sistema de 830 sectores que intervendrán toda la Ciudad de México. En cada uno se revisará el estado de las tuberías, se repararán las fugas y se ordenarán las válvulas para que el agua llegue con justicia a cada casa.

Esto permitirá una auténtica planeación hidráulica. Hay zonas de la Ciudad que hoy no tienen un plano que dé cuenta de la red de tuberías qué hay debajo. A partir de 2023, el Gobierno de la Ciudad podrá conocer en tiempo real la presión con la que fluye el agua en cada sector de la Ciudad, podrán identificarse fugas y recibir alertas si alguna zona se queda sin suministro.

Cuando se concluya con este proceso será el fin de quienes se benefician política y económicamente de la escasez de la gente. Frente a quienes hacen del caos su negocio, un gobierno popular está poniendo orden para garantizar el más sensible de los derechos. Nunca más el agua de la Ciudad para unos cuantos.

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