Si quieres la paz, prepárate para la guerra. Así lo escribió el estratega militar romano Vegecio, una máxima actualizada por Metallica en Don’t Tread on Me que dice «To secure peace is, to prepare for war».
Aunque yo siempre he sido más de Silvio Rodríguez, que canta en la Canción del Elegido “…y comprendió que la guerra, era la paz del futuro.»
No creo que nadie dude que para que México alcance la paz en un futuro, hay que prepararse, y hacer la guerra. Pero la pregunta que hay que hacerse es qué tipo de guerra, y contra quién hacerla.
Esta pregunta fue mal respondida por los gobiernos anteriores (si es que se la hicieron). En cambio, los hechos de Culiacán demuestran que este gobierno sí se está haciendo las preguntas correctas.
Es un hecho que lo acontecido aquel día en la capital del Cartel de Sinaloa fue un operativo mal diseñado y mal ejecutado, pero creo que es importante en primer lugar valorar que la decisión de López Obrador de no consumar la detención de Ovidio Guzmán y dejarlo en libertad, fue la correcta si el objetivo es alcanzar la paz y no hacer la guerra.
Sobre todo, cuando ya estamos inmersos en una guerra no convencional que ha dejado en tan sólo 12 años más de 250.000 personas asesinadas (en Colombia, en 60 años de conflicto armado desde el alzamiento de las FARC en 1959 se documentaron 262.197 muertes) y 50.000 desaparecidas.
La estrategia del gobierno mexicano parece la correcta: expansión de programas sociales para las y los más pobres, el ejército de reserva del narco, acompañada de una ley de amnistía para sacar de la cárcel a los campesinos, y despliegue de la Guardia Nacional para ir recuperando soberanía sobre una parte del territorio abandonada por el Estado en estos 12 años.
Pero lo sucedido en Sinaloa debe hacernos reflexionar que quizás no es suficiente con esto, partiendo de la base de que no se trata de cambiar de estrategia, sino en todo caso, de profundizarla. Es necesario hacer la guerra de verdad, y con todas las herramientas al alcance, contra la narcopolítica en su sentido más amplio. Guerra de alta intensidad contra las redes de apoyo político, a nivel local, estatal y federal, al narcotráfico. Y, sobre todo, pensar que el narcotráfico es en realidad parte de una economía criminal que ya se constituye en torno al 10% del PIB de una potencia del G20 como México, y, por lo tanto, es necesario atacar en una guerra de trincheras sin tregua, las redes de financiamiento y lavado de dinero de esta economía criminal.
Pero mientras se pisa el acelerador de la estrategia gubernamental, es importante el ejercicio de comunicación y transparencia hecho en las mañaneras del 30 y 31 de octubre, depurando responsabilidades y señalando al Comandante del Grupo de Análisis de Información del Narcotráfico (GAIN), Coronel del ya extinto Estado Mayor Presidencial, como el responsable de haber iniciado un operativo tan sensible sin la autorización del Secretario de la Defensa, ni tampoco del Secretario de Seguridad Pública ni del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, Andrés Manuel López Obrador.
También es importante esclarecer el rol jugado por la DEA en esta operación. Una agencia estadounidense de negro historial en la lucha contra el narcotráfico, que se había reunido el mes pasado con el Gobernador de Sinaloa, y que al parecer es la que impulsó la orden de extradición contra el hijo del Chapo. Al igual que la Guardia Nacional necesita recuperar la soberanía estatal sobre el territorio, el gobierno mexicano necesita recuperar la soberanía en la toma de decisiones en la lucha contra la economía criminal, entregada por anteriores gobiernos al Departamento de Estado o la DEA.
Porque la paz del futuro se juega también en la cancha de la soberanía y no injerencia.
Katu Arkonada. Nació en el País Vasco, tiene nacionalidad boliviana y reside actualmente en la Ciudad de México. Cuenta con estudios de posgrado en geopolítica, y comunicación política. Es miembro de la secretaría ejecutiva de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad.
@katuarkonada
Otros textos del autor:
-Ampliación del campo de batalla (I)