Si no van a querer al Pueblo de México, cuando menos, tienen que aprender a respetarlo Andrés Manuel López Obrador
Qué mejor manera de terminar un sexenio cuyo lema fue “Por el bien de México, primero los pobres” cuando el Banco Mundial[1] ratifica que entre 2018 y 2024, en nuestro país, habrán dejado la pobreza 9 millones 574 mil mexicanos, reduciendo el indicador del 28.8% de una población de 124 millones de personas entonces, a un 20.2% del total de 129.4 millones de habitantes a la fecha. Estos datos respaldan las tendencias que reportó CONEVAL en 2023,[2] junto con el informe de evaluación de la política de desarrollo social, que mide la efectividad de los Programas Sociales para atender a los grupos históricamente vulnerables[3].
Como primera Presidenta de México, la doctora Claudia Sheinbaum ha puesto desde el arranque de su campaña especial énfasis en apoyar a que las mujeres en México puedan ejercer con plenitud sus derechos sociales. Por lo mismo, el pasado 25 de junio, anunció la creación de un Sistema Nacional de Cuidados con el objetivo de que el gobierno federal asuma responsabilidades en la redistribución de los cuidados de infantes, adultos mayores y personas con discapacidad que históricamente han sido responsabilidad de las mujeres.
Cifras del INEGI[4] indican que las mujeres dedican en promedio 40 horas semanales a labores de cuidado y del hogar, en contraste con los hombres, quienes suman apenas 26 horas. Esta carga dispareja en contra de las mujeres provoca una menor disponibilidad de tiempo para el desarrollo profesional de la población femenina, y pese a lograr mejores tasas de escolaridad y niveles educativos que los hombres, muchas se encuentran fuera del mercado laboral. Peor aún, las desigualdades no se limitan solamente en ese ámbito: la falta de acceso al trabajo afecta de manera desproporcionada a las mujeres, pues hay 118 mujeres en condición de pobreza por cada cien varones, y si se trata de pobreza extrema son 120 por cada cien.
La corresponsabilidad del Estado en los cuidados incidirá en el aumento de la participación económica de las mujeres en el país. Por ejemplo, universalizar el cuidado infantil en México, representaría una inversión promedio cercana al 1% del Producto Interno Bruto, pero con enormes retornos. Tan sólo el empleo para mujeres representaría un aumento del PIB de 4.2%, según estimaciones de Ana Güezmes García, directora de la División de Asuntos de Género de la CEPAL[5].
El desarrollo de políticas públicas que fortalezcan un Sistema Nacional de Cuidados resulta clave para fomentar la equidad de género y un progreso económico sostenible. Los sistemas de cuidados reducen las responsabilidades domésticas que tradicionalmente recaen sobre las mujeres, facilitando su acceso y permanencia en el trabajo remunerado. También incide en la reducción de la brecha de género al eliminar barreras que enfrentan para acceder al empleo. Al trabajar, las mujeres tienen mayor independencia económica, lo que mejora su capacidad de decisión y contribuye también a fomentar un entorno de bienestar para todos los miembros de la familia. Todo esto se discutió a profundidad en los foros de los Diálogos por la Transformación que generaron la propuesta del Plan de Gobierno con el que MORENA arrasó en las urnas[6].
Tan contundentes fueron los resultados en la reducción de la pobreza en México, asociados a la recomposición del mercado laboral durante este sexenio[7], que además de demoler el paradigma neoliberal de la política de salarios de hambre para controlar la inflación y mantener atractivo a México como país para invertir, ahora tenemos a los directivos de las grandes corporaciones, como José Antonio Fernández Carvajal, de FEMSA, promoviendo salarios dignos para sus empleados[8]. Aunque lo considera así, no porque sea el trato justo que merecen sus trabajadores por las contribuciones que hacen para la reproducción del capital invertido, sino para que estos ya no dependan de los Programas Sociales, debemos reconocer la candidez con que transparenta los principios éticos con los que valora el trabajo de las personas asalariadas.
Dentro de seis años, estaremos evaluando los resultados de la política social con perspectiva de género de la Presidenta Claudia Sheinbaum. Sin embargo, la mayor prueba de su éxito no será por los avances en materia económica, sino en el plano sociocultural. Si logramos que la sociedad mexicana asuma que todo lo que las mujeres hacen en casa no es amor, sino trabajo —y que debe ser reconocido como tal—, habremos ganado una batalla más en la Transformación de la vida pública de México.
[1] Macro Poverty Outlook for Mexico : April 2024 (English)
[2] Pobreza en México | CONEVAL
[3] Comunicado No. 9 – El CONEVAL presenta el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2024
[4] Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022
[5] La Jornada – Cepal: urge un sistema integral de cuidados que reste carga a las mujeres
[6] Diálogos por la Transformación: Sistema nacional de cuidados
[7] El reporte del Banco Mundial subraya que los cambios en el mercado laboral han sido fundamentales para alcanzar una cifra sin precedentes en la reducción de la pobreza; crecimiento del ingreso real per cápita —, al tiempo que la tasa de informalidad bajó de 55.8 a 54.8 por ciento y la de participación en el mercado laboral subió de 59.7 a 60.5 por ciento.
[8] FEMSA llama a dar salarios dignos para que empleados no dependan de programas sociales