Estamos a un par de días de cumplir 3 años de gobierno obradorista y las estrategias opositoras en su contra no han cambiado mucho desde el inicio: recurren al miedo y a la desestabilización desde el poder económico que tan bien se entendía con la corrupción que antes imperaba. Sin embargo, hay una que sigue siendo su principal arma y que día a día usan hasta el cansancio con cualquier tema que se les ponga por delante: la mentira. Mentiras que buscan convertir en verdades por medio de la repetición orquestada entre personajes que están dispuestos a todo por un sueldo.
El lunes, por ejemplo, el tema en redes fue la entrevista que el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, dio en el programa de El Chamuco TV. Ahí habló del desabasto de medicamentos oncológicos que tanto furor ha causado entre la derecha. Un asunto ríspido, por supuesto, pero que tiene culpables claros en el sector privado: las farmacéuticas que buscaban acaparar su compraventa —en concreto Pisa, que tras ser cerradas diversas plantas de producción en nuestro país (por irregularidades) decidió responder reteniendo los medicamentos para el tratamiento del cáncer—. Esta situación ya fue documentada y se ha comentado con anterioridad.
Un colaborador de Latinus tomó un fragmento de la entrevista —fuera de contexto— y lo hizo viral bajo la leyenda «Gatell nos advierte que los niños con cáncer buscan un golpe de Estado». Esto tras los comentarios del subsecretario en donde mencionaba la estrategia golpista que había detrás de la mentira de las farmacéuticas. Después del tuit, docenas de medios e ideólogos afines a la oposición se encargaron de replicar la mentira cientos de veces, sin miramientos y con un nulo interés por la verdad. No me sorprendería que muchos ni siquiera hayan visto el video que compartían y ni se diga la entrevista completa.
La reacción de la derecha ante este asunto nos sirve para observar cómo operan. El proceso: tomar un dicho y sacarlo de contexto, presentarlo como una prueba definitiva de lo que defienden y después repetir hasta el cansancio. Una y otra vez.
Se debe prestar atención a estas estrategias, no silo porque nos muestra la vileza de una oposición que encuentra en la mentira una bocanada de aire para mantenerse con vida, sino porque en situaciones así son los primeros pasos en un golpe blando. Así tenemos que tomarlo. Esto ya ha pasado en otros países y puede pasar en nuestro país, particularmente viendo que no hay ni una pizca de ética en los personajes que buscan recuperar el poder.
Es momento de reconocer que la estrategia más grande de la derecha nacional es impulsar una campaña de desinformación enorme; así buscan recuperar espacios. La respuesta desde la izquierda debe ser contrarrestar la mentira y limpiar el debate público.
Una oposición es buena para la democracia, pero lo que tenemos acá no son simples opositores: son reaccionarios que, en busca de intereses privados, están dispuestos a pisotear la ética periodística y hasta la misma democracia.