Hace un par de semanas estuvo circulando en internet una imagen comparativa entre Selena Gómez y Millie Bobbie Brown en una alfombra roja. Millie, es una actriz de 15 años de edad, cuyo papel más importante hasta ahora ha sido “Eleven” en la serie Stranger Things; va comenzando su carrera en la actuación con un gran panorama por delante y oportunidad de crecimiento. En la imagen comparativa, veíamos la diferencia entre los atuendos, el maquillaje, los zapatos, etcétera. Millie definitivamente lucía mucho mayor… ¿Cuál es el problema de esto? La infancia y la adolescencia son etapas de aprendizaje y desarrollo, y todo parece indicar ante dicha imagen, que estamos enseñando a las niñas a que deben ser sensuales y sexuales para poder ser atractivas desde cortas edades.
La hipersexualización consiste en la exaltación de los atributos sexuales de una persona, sobretodo, que sean estos los atributos más importantes y que las demás cualidades estén por debajo. La exposición de este fenómeno en los medios de comunicación es abrumadora y quienes mayor exposición sin información tienen a esto, son las niñas y niños.
Es un suceso preocupante. Sobretodo porque nuestras niñas están creciendo con un modelo aspiracional con el cual son bombardeadas desde pequeñas edades sobre cómo deben vestirse, maquillarse, tener las medidas perfectas, el cómo actuar e incluso hasta cómo conquistar un pareja. Por otro lado los niños, crecen buscando que quienes son atractivas son quienes cumplen con este modelo, e incluso visualizan a las relaciones de pareja a través de contenidos muy violentos.
¿La culpa? Mucho del conocimiento que nuestra sociedad absorbe es por los medios de comunicación masiva: la televisión, la radio, el internet… Y si ya en medios como la televisión tenemos la representación de modelos violentos como en el reality Toddlers & Tiaras, donde en siete temporadas nos cuentan sobre las competencias de belleza infantil e incluso promueven la competencia agresiva entre participantes, ahora imaginemos la infinidad de posibilidades que hay en un medio sin control como internet.
Por ejemplo, el canal por el cual se consume mayor cantidad de pornografía es a través de los teléfonos móviles, los cuales las niñas y niños tienen muy al alcance. En 2019, México estuvo entre los diez países que consumen más pornografía. De acuerdo con un estudio publicado por Convenant Eyes, el 7% de adolescentes entre 13 y 17 años ven pornografía diariamente, mientras el 57% ve pornografía mensualmente. De igual forma, mencionan que aproximadamente el 88% de las escenas pornográficas contienen algún tipo de agresión física y 49% agresiones verbales. Esta es la “educación sexual” que las y los adolescentes reciben… es la forma en la que aprenden cómo mantener relaciones sexuales.
Y qué decir de aplicaciones como Tik tok donde los vídeos más populares son aquellos de mujeres menores bailando sensualmente una coreografía, sin saber quién lo ve, el alcance del mismo y que será un video que quedará en la web por siempre.
La comunidad infantil está creciendo con una imagen distorsionada del mundo, donde las acciones de violencia son las formas en las cuales deben mantener relaciones interpersonales y donde el modelo de belleza se basa en verse lo más grande posible a costa de utilizar maquillaje y tacones desde cortas edades, e incluso pasando por procedimientos estéticos.
Hace falta fortalecer el ámbito educativo para reforzar desde la infancia la autovaloración y autoestima para poder encaminarnos a tener relaciones interpersonales sanas, sin violencia y con modelos aspiracionales basados en acciones y no en la belleza.
No permitamos que nuestra sociedad, crezca con este ideal heteronormado y violento que nos dirige a ser una comunidad consumista bajo el telar del patriarcado.
Mar Del Rio Ferreira.Comunicóloga audiovisual por la Universidad del Claustro de Sor Juana. Trabaja en el Congreso de la Ciudad de México. Overthinker, obsesiva compulsiva catastrófica. Detesta el cilantro y el patriarcado.
@Mardferreira