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Todos al Zócalo el 2 de junio

El pasado 23 de abril, Claudia Sheinbaum visitó la alcaldía Tlalpan como parte de su campaña para la Presidencia de la República.

El evento, lleno de alegría, regocijo y júbilo sirvió para apuntalar a la candidata por la alcaldía, Gaby Osorio. Ahí, Sheinbaum invitó a quienes asistían a festejar el triunfo en el Zócalo capitalino el próximo 2 de junio.

El evento, que abarrotó la plaza cívica de la alcaldía y sus calles aledañas, tuvo distintos momentos. Desde la llegada de la gente, que poco a poco fue buscando acomodo, hasta el arribo más o menos discreto de personajes locales y nacionales.

El templete se encontraba lleno cuando se anunció la llegada de Claudia Sheinbaum, quien fue recibida con vítores, aplausos y el consabido grito de “Presidenta, Presidenta”. Al momento de presentar a los asistentes, resultó evidente —gracias al aplausómetro— la simpatía  o antipatía por algunos personajes; hubo aplausos respetuosos a Ernestina Godoy y Omar García Harfuch, silencio ante la mención de Ricardo Monreal o Marcelo Ebrard, y marea de aplausos ante la presentación de Clara Brugada y Gaby Osorio.

En medio de la calurosa bienvenida, Osorio dio un discurso emotivo y equilibrado, con propuestas formuladas sobre la base de un programa de gobierno viable y planificado. Con pasión e ideas claras, sorprendió a quienes asistimos, tanto por la forma como por el fondo de lo expuesto.

La misma candidata presidencial, en su momento, alabó el discurso de quien pretende recuperar la alcaldía para Morena, y expresó: “Ahora que estaba escuchando a Gaby Osorio, [pienso en] cómo ha crecido. La conocí casi adolescente aquí en la alcaldía trabajando por Morena y estoy segura de que va a ser la mejor alcaldesa que tenga Tlalpan…”, lo que le valió otra oleada de aplausos.

Por su parte, Sheinbaum —con un discurso poco más técnico, pero igual lleno de propuestas y la promesa de una continuidad al proyecto de la Cuarta Transformación— esbozó propuestas específicas de apoyo tanto a la próxima jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, como a Osorio.

Y fue en medio de esa euforia que llamó a los asistentes a acudir al Zócalo capitalino a festejar el triunfo por venir. Lo dijo sin prepotencia ni superioridad, sino con la seguridad de quien sabe que todas las tendencias le favorecen.

Del otro lado, la guerra sucia sigue arreciando, consiguiendo el efecto contrario al deseado. La candidata opositora va de yerro en yerro, sin programas ni ideas y en ocasiones en un completo abandono de su persona, descuidando hasta las formas más elementales de la cortesía hacia quienes la rodean (¿cómo explicar lo que todos vimos, de sacarse el consabido chicle de la boca y ponérselo en la mano a su asistente o rascándose la comezón sin el más mínimo pudor sabiendo —o debiendo saber— que por el puesto que ocupa habrá fotógrafos en todas partes a la caza de cualquier error?).

Falta poco para el día de la elección. Si bien aún falta un debate y algunas semanas de campaña, es difícil que las preferencias se muevan de manera significativa.

Las únicas encuestas que dan por ganadores a las candidaturas del PRIAN, y con las que pontifican sus dirigentes, son las de “Massive Caller”, una empresa completamente desacreditada y desprestigiada, tanto o más como a quienes da por ganadores.

La meta de 35 millones de votos, planteada por Sheinbaum al inicio de su campaña, está al alcance y seguramente se materializará, tal como lo indican todos los estudios serios de demoscopia.

El llamado “Plan C” está en marcha.

Cumplamos con nuestro deber cívico en las elecciones por venir y ¡nos vemos en el Zócalo para festejar y defender el triunfo de quien será la primera mujer Presidenta de nuestro país!

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