Mentir mañana, tarde y noche. Mentir sobre todos los temas. Falsear testimonios, adulterar evidencia, falsificar videos y documentos. Engañar (o pretender hacerlo) a quien mañana le pedirás el voto. Exagerar las malas notas, tergiversar las buenas. Disimular su clasismo intentando no poner cara de asco cuando abrazan al pueblo que odian. Llenar los medios de fake news, y de miedo, mucho miedo. Ver los spots de Bertha Xóchitl Gálvez y escuchar la palabra “miedo” en al menos 10 ocasiones en un espacio de 30 segundos. Gastar millones de pesos en granjas de bots españolas, argentinas y más que reproducen mensajes llenos de errores y que el mismo día son descubiertos y exhibidos.
“Firmar” con sangre, ante notario, promesas sin sentido ni sustento. Prometer las “perlas de la virgen” porque -total- es imposible cumplirlas, pero ¿qué mas da? Ser un ejemplo de incoherencias, incongruencias e inconsistencias en todos los eventos. Pensar una cosa, decir otra y hacer exactamente lo contrario, todo el mismo día. Dar un mensaje en la mañana, desdecirse al medio día y decir exactamente lo contrario en la noche… en esta época de redes sociales, donde ya es imposible ocultar esos yerros, los disparates, los desaciertos, los tropezones y querer solucionarlo todo con una risa burda o dando brinquitos con una inmadurez que asusta.
Gastar millones y millones en asesores calderonistas, expertos en la “doctrina del shock”, invertir en los ideólogos del concepto del “peligro para México”, y rodearse de personajes siniestros que han fallado en todos sus “pronósticos” … en todos… Que fallaron en sus predicciones funestas de que el dólar llegaría a estar en 30 pesos o más, que el presidente iba a estar al y de malas con el presidente estadounidense Biden, que iba a haber ingobernabilidad, que alguien que no habla inglés y no viaja no puede gobernar… y más, mucho más….
Sin embargo, con todo su dinero invertido, con todo el derroche de odio en todos los medios, con todo y sus promesas de privatizar todo lo privatizable, con sus “invitados” extranjeros que vienen al país a dar conferencias y “consejos”, su candidata nomás no sube. Ni subirá. Porque su público objetivo es ese 30% que detestan al presidente López Obrador sobre la base de las permanentes campañas de odio en su contra. Ese segmento completamente desinformado de la realidad que vive el país, y que se muestran tal cual son, en las entrevistas que les hacen cada que salen a las calles.
Iniciaron la campaña sin Proyecto, o ¿Alguien lo conoce? Pero, incluso si lo tuvieran y en el papel fuera algo medianamente posible ¿alguien -incluso entre sus filas- les cree algo de lo que dicen?
De pena ajena es ver los eventos de Bertha Xóchitl Gálvez, donde vocifera incoherencias sin la compañía de los lideres de los partidos que la cobijan. ¿O es que acaso ya hicieron sus cuentas y se percataron que su presencia más que apoyarla la hunde más? ¿Es por eso que nadie la acompaña? Ellos ya amarraron un lugar en las “pluris”, y con la votación esperada, permanecerán en el aparato burocrático, ya como senadores, ya como diputados, sin tener que salir a la calle a buscar el voto… pues saben que nadie en su sano juicio votaría por ellos.
¿Seguirán los magnates que apoyan a la oposición tirando su dinero a la basura? ¿Seguirán apuntalando un proyecto de nación que nadie conoce?
El corte de caja a este momento los coloca con una amplísima desventaja, completamente irremontable. Por más que en sus medios quieran dar la impresión de un “empate técnico”. Estadísticamente hablando, 10 puntos son irremontables. 30, completamente imposible. Incluso si el candidato de MC (¿Cómo se llama?) decidiera declinar por el PRIAN, los 5 puntos que traen en la bolsa, no les servirán para evitar que el Titanic (Dante Delgado dixit) se hunda.
Existen más probabilidades de que MC decline a favor de Claudia Sheinbaum a que lo hicieran por el PRIAN. En fin, que, aunque el resultado es ya un hecho, no debemos confiarnos y tenemos que salir a votar para lograr los 35 millones de votos que pretende Sheinbaum.
Tal vez, en el inter, en la oposición les dé por dar a conocer su proyecto de nación y nos evitan una campaña (que apenas empieza) de ocurrencias, disparates, dislates, absurdos y desaciertos. Las risas y los brinquitos, no les darán para sacar mejores números. Nos vemos en las urnas.