He tratado de plantear el panorama que la legalización de la mariguana puede seguir para ser de forma efectiva y a la par generar una estrategia global que nos catapulte como un país referente en su uso y distribución. Sin embargo y con los beneficios que me parece puede traer; también debemos ser enfáticos en algunas particularidades que ya se ha visto con la legalización.
El primer punto importante es que, si bien el consumo de mariguana es poco nocivo, su uso sí debe ser restrictivo para poblaciones susceptibles. Principalmente en adolescentes y embarazadas. Toda sustancia que genera efectos de placer, recompensa y altera las conductas cotidianas siempre tienen efectos mucho más severos en personas con un cerebro inmaduro. Este efecto se asocia principalmente a la edad que los circuitos neuronales y los dos hemisferios son capaces de efectuar mejores decisiones sobre nuestros actos. Es solo hasta los 21 años que nuestro cerebro es menos vulnerable al consumo de sustancias psicoactivas; de ahí que a la par de que logremos legalizar tendremos que ser muy cuidadosos en los puntos de venta, en campañas de sensibilización (sin satanizar el consumo) y buscar amortiguar en adolescentes el consumo y no se revierta el proceso donde se vuelva abrir una ventana al mercado negro. Del segundo grupo que hago mención, es porque se ha minimizado de forma incorrecta los efectos secundarios por el uso de mariguana durante el embarazo. Sin embargo, actualmente ya existen estudios de la vulnerabilidad que puede existir en la maduración del cerebro en los bebés ante la exposición a cannabis. De ahí que el sistema de salud debe reforzar la tarea del uso terapéutico de los derivados de cannabis sin los efectos psicoactivos y de esta manera tener nuevos fármacos con alto grado de bioseguridad (En este apartado también considero es importante para poder extender el uso a nivel de niños, donde uno de los grupos blanco son los que sufren de epilepsia).
Otro efecto social que me parece interesante y debemos ser cuidadosos, es que de forma irónica el consumo de alcohol disminuye una vez que se legaliza la mariguana sin embargo el efecto colateral es que el consumo de comida chatarra se dispara. En un país como el nuestro, que tiene una epidemia de gente con sobrepeso y obesidad lo más prudente es buscar mecanismos que aminoren que además de pachecos seamos más obesos. El “munchis” debe ser tratado en una línea entre lo exquisito pero que evite una oclusión a las arterias.
Finalmente, el volverse un lugar weed-friendly conlleva que atraigamos gente de otras latitudes y probablemente se genere una burbuja turística que de no ser encaminada adecuadamente genera efectos nocivos en la comunidad. El ejemplo más claro fue lo que pasó en Ámsterdam, donde hoy en día ya no es tan fácil ser un turista con ganas de pasarlo en un mundo verde. Eso refuerza la idea de que el Estado debe apostar por ser el rector de la forma en que consumamos mariguana.
Y aunque en semanas recientes ya se ha puesto en la arena legislativa el impulsar la legalización de la mariguana, creo que la conversación pública todavía es poca. Hay que recordar que, aunque logremos poner en papel consumir mariguana en la práctica veremos qué tan preparados estamos como sociedad para que el mundo considere que eso de prohibir fumarnos un porro no está mal después de todo.
Daniel Torres. Hace biología molecular. Estudió neurobiología y luego optó por trabajar con pacientes VIH positivos.
@danjtorres
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