El Embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, puso fin a las especulaciones sobre el presunto financiamiento ilícito que, según investigaciones de la DEA, habría recibido la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2006, declarando el caso como cerrado. Este respaldo de Salazar al Presidente de México y su negativa a alimentar controversias infundadas subraya la fuerza del vínculo diplomático entre México y Estados Unidos, pese a los intentos de la derecha por minar la credibilidad de líderes progresistas como López Obrador.
