Las ocho personas asesinadas en el Paso provenían de las ciudades de Chihuahua, Ciudad Juárez, Yepómera, Aguascalientes, Torreón y Zacatecas, informó Marcelo Ebrard.
Los cuerpos de las víctimas fueron liberados ayer: cinco recibirán servicios funerarios fuera de Ciudad Juárez y el resto sí será atendido en esa ciudad fronteriza, agregó el canciller en la conferencia matutina de este martes.
«Sin duda es una de las tragedias más grandes que le ha tocado vivir a las y los mexicanos en territorio de Estados Unidos», señaló.
«Detalles que hablan de una maldad sin fin de esta persona: entrar a una tienda Walmart en un día de oferta para el regreso a clases y literalmente entró y disparó a mansalva sobre las personas, sean estas de nueve años o bebés o familias completas».
Su intención expresa era atacar a personas de origen mexicano, pues la tienda objetivo es famosa por su afluencia de hispanos.
El gobierno de México repudia los hechos y proporciona a la Fiscalía General de la República (FGR) este día todos los elementos útiles para integrar la carpeta de investigación que sigue la dependencia ante el caso.
Se investiga terrorismo porque así lo perfila la ley mexicana, especificó Ebrard, así como los posibles vínculos del agresor con otros individuos dispuestos a perpetrar también crímenes de odio.
También se procederá legalmente contra el arma homicida, un rifle de asalto.
«Nos asiste la razón y la ley», agregó el funcionario federal.
Ayer el gobierno estadounidense se pronunció en contra del racismo en ese país, reconoció Ebrard y deseó que esa línea política avance en el territorio gobernado por el magnate Donald Trump, quien ha azuzado el discurso de odio como candidato y como presidente.
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