El derecho a la cultura está consagrado en diversos instrumentos nacionales e internacionales y aunque muchas veces no se le da la prioridad que tiene, en realidad se trata de un derecho humano transversal cuya garantía resuelve y tiene que ver con la garantía y protección de otros muchos derechos de consideración “urgente”.
En este sentido, a través de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México (nivel federal) se ha desarrollado un programa llamado “Cultura Comunitaria” al que no se la dado el eco y la importancia que debería. El objetivo es promover el ejercicio efectivo del derecho a la cultura y los derechos culturales de personas, grupos y comunidades, particularmente de aquellas que han quedado al margen de las políticas culturales, poniendo de nuevo al centro, incluso en este sentido, la máxima de este gobierno: primero los pobres. Se parte del poderoso entendido de que la cultura nos da la profundidad nuestras raíces y la imaginación para crear nuevos mundo en libertad.
De tal manera, este programa se activará en los municipios con mayores índices de violencia y desigualdad, pues aunque aún no existen datos de la forma en que la tragedia neoliberal ha mermado en la vida cultural de las comunidades, sabemos que la migración inhibe el habla de las lenguas indígenas, que la inseguridad limita los horarios de las actividades y que los salarios de hambre acosan a los artistas y otros trabajadores de la gestión cultural.
De esta forma, el proyecto de Cultura Comunitaria, se ha propuesto cinco propósitos y tienen que ver con: participación en la vida cultural, desarrollo cultural comunitario, fortalecimiento de capacidades locales, cultura para la paz y transformación social.
Ello basado en cuatro ejes de trabajo:
Misiones por la diversidad cultural. A través de un diagnóstico participativo se busca reconocer y fortalecer las expresiones culturales de los municipios más marginados, detectando sus problemáticas y necesidades culturales.
Semilleros creativos. Espacios creados para que niñas, niños y jóvenes tomen parte activa a través de actividades que impulsen la imaginas y creación artística.
Territorios de paz. Desde el ámbito cultural se busca fomentar la apropiación afectiva y construcción colectiva de espacios públicos seguros en comunidades históricamente olvidadas para abonar a la estrategia de construcción de paz federal.
Comunidades creativas y transformación social. Por último se busca fomentar la creación y colaboración entre agentes culturales y comunidades de saberes específicos. La idea es articular beneficiarios del FONCA, PECDA así como grupos artísticos para generar procesos creativos en los que las comunidades sean el agente creativo.
De esta manera, el gobierno federal comienza a interesarse por una deuda histórica entendiendo bien que apostar por la garantía del ejercicio del derecho a la cultura y los derechos culturales es apostar por la paz, por la felicidad, por la apropiación cultural, territorial, por la libertad y por las posibilidades creativas especialmente de comunidades históricamente vulneradas.
Julia Álvarez Icaza Ramírez. Abogada de la UNAM con formación en derechos humanos. Desde distintos espacios ha trabajado temas de derechos económicos, sociales y culturales. Actualmente investiga sobre justicia transicional, reparación integral del daño y justicia restaurativa.
@Jualicra
Otros textos de la autora: