El Presidente Andrés Manuel López Obrador informó que le entregó al presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelí, la lista de las 15 empresas que le deben al SAT 50 mil millones de pesos en multas y recargos, a fin de que el Consejo mismo ayude a cobrar el dinero.
Con ese dinero, dijo el Presidente, se pueden aumentar los apoyos a pequeñas y medianas empresas (Pymes y también se puede adquirir equipo médico para equipar los hospitales del país.
El CCE ha expresado su desacuerdo con el plan gubernamental para enfrentar la crisis propiciada por la epidemia de coronavirus e incluso presentó un plan alterno en conjunto con sindicatos mexicanos, donde hizo un llamado a hacer un gran convenio nacional entre Gobierno, empresas, sindicatos y el sector social.
Por su parte el Gobierno de México ha reiterado su intención de destinar los apoyos a los más pobres y a los pequeños negocios familiares, e informó que no contempla ningún tipo de rescate o apoyos a grandes empresas, como antaño en el periodo neoliberal, donde solían “privatizar las ganancias y socializar las pérdidas”, baste como ejemplo el Fobaproa.
El Presidente López Obrador dijo que por dignidad y cuestiones legales no haría publico el nombre de las empresas deudoras, pero confía que el Consejo ayude a cobrar la deuda, monto con el que, en lugar de entregar 1 millón de créditos para Pymes, se podrían entregar 3 millones.
Incluso agregó que, si así lo estipula la ley, se puede hacer un recorte del pago a los deudores.
“El resto que se dé si hay posibilidad de acuerdo a la ley de quitar recargos, multas, por ejemplo, si legalmente es posible. Lo que ya no se puede hacer es la condonación. Eso ya no lo puede hacer nadie, ni el Presidente” afirmó el Presidente.
López Obrador ha mantenido su palabra de apoyar a los más desfavorecidos, fiel a su frase “por el bien de todos, primero lo pobres”, por lo que no es de sorprender que el plan de apoyo para atender la crisis derivada del coronavirus, contemple preferentemente a los más necesitados y a las pequeñas empresas o negocios familiares, quienes serán lo que más resientan la crisis económica transitoria que está por venir.