Ciudad de México a 10 noviembre, 2025, 10: 12 hora del centro.
Ciudad de México a 10 noviembre, 2025, 10: 12 hora del centro.

El concierto de Emilio “L”

Tras el aterrizaje de Emilio Lozoya en México después su proceso de extradición, quedé anonadado con una parte de la comentocracia tradicional de nuestro país. Quienes durante años se habían jactado de combatir la corrupción e impunidad, clamaban que la extradición del exdirector de Pemex no era más que una cortina de humo para apartar la atención de la pandemia de Covid-19 o de la crisis económica que azota a todo el mundo. Esto es un total y completo despropósito. 

Hoy escribo para explicar por qué es importante su extradición y la información que posee en al menos 15 horas de grabaciones de vídeo. Dichas filmaciones involucran a distintos actores políticos de la administración anterior recibiendo sobornos para aprobar el atraco titulado Reforma Energética. Lozoya va cantar y muchos tienen miedo.  ¿Deberían tenerlo? Sin duda. 

A Emilio "L” se le imputa haber recibido sobornos por 10 millones de dólares de la constructora Odebrecht —que involucra tanto a funcionarios de la administración calderonista como peñista— así como irregularidades en la compra de la planta de Agro Nitrogenados por parte de Petróleos Mexicanos. Todos estos casos representan una ejemplificación perfecta de cómo operó un régimen de saqueo a las arcas del Estado mexicano: con total impunidad y amparo del poder. Teníamos verdadera delincuencia organizada dirigiendo la política pública de nuestro país, y aun así hay quienes sostienen que la aprehensión de este rufián representa cosa menor. 

He sostenido y seguiré sosteniendo que la corrupción es el gran cáncer de México. Es la herida que lacera constantemente nuestras aspiraciones de convertirnos en un país normalizado y con Estado de Derecho. ¿Qué tienen en común casos tan dolorosos como Ayotzinapa, tan cínicos como Odebrecht, y el triste debilitamiento del derecho a la salud ? Esencialmente: corrupción. En todos los casos anteriormente mencionados, ese es el elemento común. 

En Ayotzinapa pudimos observar colusión entre las fuerzas municipales, estatales y federales con el grupo Guerreros Unidos, que ultimadamente, permitió la desparición forzada de 43 normalistas. La lucha por la verdad hoy aún sigue. No olvidemos que nos faltan 43 y miles de desaparecidos. 

En Odebrecht, las ambiciones personales de unos cuantos permitieron sobornar funcionarios con sorprendente facilidad, quienes utilizaron el dinero en camapañas, lujo y una vida faraónica. Así se formó el enriquecimiento de una pequeña élite que se perpetuó en el poder con base en poder y relaciones. Esencialmente, una consecuencia natural y neoliberal del debilitamiento del Estado. 

Sobre el sistema de salud, basta mencionar el abandono total de 307 hospitales durante la administración anterior por la erogación de los recursos destinados para su construcción. Otra vez, observamos a la corruptela como protagonista de la historia. 

La corrupción es pobreza, desigualdad y por ello es también violencia. Golpearla y terminar con los pactos de impunidad que protegían redes completas de saqueo no es un distractor, es lo que necesitamos para normalizar este país. La detención de Lozoya —y los posibles implicados que deriven de ella y sus declaraciones— es un avance en la normalidad del país. México tiene ganas de ser un Estado donde los corruptos la paguen, y que termine con su debilitamiento neoliberal y su saqueo. 

¿Por qué después de la "institucionalización" del país y la "transición" democrática seguimos con altos índices de violencia y corrupción? Porque se ha protegido a los culpables mediante cínicos pactos de impunidad.  Así que no, estimados comentócratas tradicionales, Lozoya no es un distractor ni mucho menos. Es un paso de la democracia mexicana hacia la verdad y la justicia, intrínsicamente ligado hacia un pueblo que clama justicia y que dio el mandato en las urnas a la Transformación. 

Esperemos el concierto de Emilio "L", donde muchos bailarán al son de sus declaraciones.

Comparte en:

Etiquetas

Facebook
Twitter
LinkedIn