El Estado tiene la responsabilidad de promover y encauzar el desarrollo económico. Guerrero ocupa la posición 22 de la economía nacional y en vez de avanzar, ha retrocedido. La agricultura se encuentra en una situación de sub-aprovechamiento de los recursos productivos. Nuestro estado posee recursos naturales en abundancia, y la gente es honesta y trabajadora, con un profundo amor por la tierra y una clara vocación productiva. Sin embargo, en nuestra entidad todavía no se han dado cuenta de todas las posibilidades que ofrece la agroindustria como motor de desarrollo económico. Existen señales claras de que la agroindustria está teniendo un impacto significativo en el desarrollo económico y la reducción de la pobreza en las comunidades rurales.
Guerrero es el líder en la producción de coco, mango, jamaica, café, ajonjolí, mezcal y otros productos que tienen el potencial de tener mejores beneficios con la agroindustrialización. A través de ella se buscará mejorar la calidad de los productos agrícolas -y su demanda- así como generar empleo para la población rural. Estas labores no son solo agrícolas, sino también en actividades como manipulación, envasado, procesamiento, transporte y comercialización de productos.
La inadecuada capacidad técnica es uno de los problemas de fondo de las agroindustrias. Para mejorarla, es importante lanzar un programa integral. Este deberá incluir desde aspectos básicos -para elevar el nivel educativo de los artesanos y productores- hasta los específicos -ligados a la gestión económica y administrativa, la operación técnica, los efectos ambientales y de la salud-.
Un segundo aspecto clave para mejorar la competitividad del sector es la innovación tecnológica. Un programa integral en ese rubro deberá contemplar los siguientes elementos: a) diagnóstico de conocimientos, necesidades y equipos, enfatizando los aspectos de acceso a los recursos bioenergéticos; b) desarrollo de sistemas orientados a mejorar de manera sistémica la calidad del producto, la eficiencia del proceso, el rendimiento económico de la agroindustria y la propuesta de sistemas eficientes en la garantía de calidad y c) programa de diseminación tecnológica, basado en esquemas participativos con las micro y pequeñas agroindustrias.
Por último, es necesario resolver los aspectos institucionales que se remiten a las estrategias de desarrollo económico, rural y social. Hay que trabajar en los elementos para mejorar las agroindustrias a corto plazo. Estos incluyen: a) renovar la infraestructura física y de servicios de las localidades donde se encuentran las agroindustrias, b) adecuar el marco legal y promover programas y proyectos de apoyo a la micro y pequeña agroindustria alimentaria; c) diseñar un programa de estímulos que les permita iniciar los procesos de innovación tecnológica, mejorar los productos, obtener insumos a menor precio y desarrollar su perfil ambiental; d) fomentar la organización de los productores y su vinculación a fin de promover los cambios necesarios a las normatividades del estado, y e) institucionalmente, es muy importante generar un área de asistencia técnica y transferencia de tecnología sustentable dirigido a atender específicamente los requerimientos y problemas del sector.
No es fácil revertir el profundo deterioro del campo, pero es cosa de imaginar que a través de una acción gubernamental decidida y eficaz en favor del medio rural y sus pobladores es posible contrarrestar la devastación y dar paso al desarrollo económico, al fortalecimiento cultural y al bienestar social.