De acuerdo con el transparency (transparencia) de Facebook, la portada de The Economist se sale de rango de interacciones como publicación pagada, es decir, se trata de publicidad política. Es una maniobra propagandística operada desde el extranjero con el único fin de incidir en los resultados electorales.
Y no solo eso, lo peor del asunto es que Facebook no lo está publicitando con descargo de responsabilidad, sino como un producto normal.
Para terminar, la portada de The Economist versión impresa realmente es sobre el conflicto entre Israel y Palestina.




