Polémica de sobra se ha generado en las últimas semanas ante la posibilidad de que Estados Unidos no invite a Cuba, y otros países de Latinoamérica, a la Cumbre de las Américas, próxima a realizarse en junio en Los Ángeles, California.
El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador fue el primer Mandatario en manifestarse respecto a las medidas que el país vecino del norte estaría tomando y ha dejado en claro que América somos todos y no puede haber exclusiones. Como acto de protesta, él no asistirá a dicha cumbre en caso de que el gobierno norteamericano excluya a Cuba o a cualquier otra Nación de esta importante reunión multilateral.
Después del ejemplo de AMLO, han sido varios los líderes latinoamericanos que se han sumado a las voces de protesta; Luis Arce, presidente de Bolivia; Xiomara Castro, presidenta de Honduras; Gabriel Boric, presidente de Chile, Alberto Fernandez, presidente de Argentina.
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Papa Francisco también se suma a llamado a la unidad
Sin embargo, no había una voz fuera del continente que se pronunciara al respecto; hasta que el Papa Francisco, en voz del nuncio Chirtophe Pierre, representante del Vaticano en Estados Unidos, le pidió al gobierno de Joe Biden que extienda a Cuba la invitación a la Cumbre de las Américas.
Pierre es un diplomático de la Santa Sede en toda la extensión de la palabra, pues también ha sido representante del Vaticano en México y ha liderado misiones eclesiásticas en La Habana.
De esta manera, cada día se suman más voces a la demanda de no aislar a nadie de una Cumbre que puede funcionar como foco de desarrollo para la región. La política de exclusión según preferencia del anfitrión nunca funcionó ni funcionara si lo que se desea es crear acuerdos y atender las principales problemáticas de todo el continente en unidad y con cooperación.
A los mandatarios inconformes con la exclusión de países como Cuba, Nicaragua y Venezuela, se han sumado otros líderes que por diversos motivos estarían rechazando su asistencia a la Cumbre, como lo son: Jair Bolsonaro, presidente de Brasil; Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala y Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, quien ha manifestado que a su nación “no le interesa asistir a la cumbre oficialista”.




