Mujeres, protagonistas de la 4T en Oaxaca: Irma Bolaños Quijano

La congruencia la define. Apenas en la Guelaguetza pasada de este año, ya con Salomón Jara Cruz como gobernador electo, Irma Bolaños decidió asistir al auditorio del Cerro del Fortín donde el secretario de Turismo en turno, Juan Carlos Rivera, le ofreció sentarse en el Palco de honor, alejada de la gente y de la fiesta del pueblo. En ese momento, Irma declinó amablemente la invitación, entonces se dirigió a la sección B donde había pagado su boleto y disfrutó de la Octava junto a sus hijas. Este acto resume su forma de ser, quienes la rodean saben que es sencilla, originaria de San Melchor Betaza de donde tuvo que emigrar a muy temprana edad, pues su familia se vio obligada a emigrar a la capital del país por la pobreza que les apresaba. Fue en la Ciudad de México donde conoció a Salomón Jara cuando estudiaba en el Instituto Politécnico Nacional. Irma se define como una madre devota, ama de casa, mujer trabajadora que ha tenido que ser comerciante y encabezar emprendimientos para aportar a la economía familiar.

Siempre alejada de los reflectores, tímida, ha sabido tener la cercanía con la gente, el pulso de lo que sucede a ras de piso. Ahora será la esposa del gobernador de Oaxaca, por lo que ha comenzado a hacer el trabajo humano que asume como parte de su labor por la figura en la que se ha convertido.

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