Policías municipales del municipio de Celaya, en el estado de Guanajuato, obligaron a dos jóvenes a golpearse, besarse y tocarse entre sí — bajo la amenaza de que los matarían si no lo hacían.
Además, el grupo de policías también golpeó a los jóvenes que habían detenido momentos antes por supuestamente cometer un robo.
Aunque en los videos, que rápidamente se volvieron virales este sábado 14 de diciembre, no muestra la fecha, sí da cuenta del abuso de autoridad, denigración y tortura a la que fueron sometidos los detenidos.
Tras la viralización del caso, el gobierno de Celaya se deslindó “de las acciones de expolicías municipales agrediendo a civiles” través de un comunicado.
La administración a cargo del alcalde Juan Miguel Ramírez aseguró que los involucrados en los videos “no pertenecen a la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Celaya”. Sin embargo, aclaró que “pertenecieron a un grupo de policías que se incorporaron a finales de 2019 y a mediados del 2020 y actualmente no laboran en el municipio”.
Según múltiples reportes periodísticos, entre los policías se encuentra Christian Eduardo Morales Palomino, quien fuera director de la Policía municipal de Apaseo el Alto y actual comandante de la Región IV de la secretaría de Seguridad Pública de Guanajuato, es decir a nivel estatal. Dicha región abarca los municipios de Comonfort, Juventino Rosas, Apaseo el Grande, Apaseo el Alto, Tarimoro, Salvatierra, y Celaya.
Morales Palomino es quien aparece en primer cuadro abofeteando a uno de los detenidos. Según los reportes, el video sería de 2020, cuando coordinaba la Seguridad Pública de Celaya. Es decir, que tanto los gobiernos de Apaseo el Alto, como del estado de Guanajuato lo ficharon después de cometidos estos actos.
Este tipo de abusos, en los que policías obligan a detenidos a besarse y agrederse es común en el estado, en donde impera la corrupción y la impunidad. La Fiscalía estatal, que en 2025 cambiará a su titular por primera vez en 16 años, ha entregado pésimos resultados en materia de seguridad y, encima, es omisa a los atropellos de los funcionarios que deberían velar por la tranquilidad de los guanajuatenses.