Tras 15 meses de conflicto en Gaza — donde han sido asesinadas 45 mil personas y el 90 por ciento de su población ha sido desplazada —, el pasado 15 de enero se alcanzó un acuerdo de alto al fuego entre el gobierno de Israel y el movimiento y organización paramilitar Hamás. Tras las negociaciones que mediaron Qatar y Egipto, se acordaron tres fases de solución del conflicto: tregua de seis semanas, negociación para “final permanente de la guerra” y la reconstrucción de Gaza.
En esta primera parte, las facciones están intercambiando rehenes; mientras que Israel ha retirado sus tropas del norte de la Franja, reabriendo el corredor Netzarim y permitiendo a más de 700 mil palestinos regresar a la zona (300 mil hasta el momento). Sin embargo, hay varias situaciones que podrían paralizar el acuerdo y evitar que se alcance la segunda etapa, en la que además del alto al fuego total, se liberarían el resto de rehenes de ambos bandos.
Aquí te enlistamos los cuatro elementos que podrían evitar la paz en Gaza:
Gobierno de Netanyahu
El primer obstáculo para que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se cuelgue la medalla de conseguir estabilidad en la región es su propio gobierno. Tras anunciar el acuerdo de paz, su ministro de Seguridad Nacional, Itam Ben Gvir, renunció al cargo y, como líder del partido Poder Judío, se fue junto otros dos ministros del gabinete, abandonando la coalición gobernante.
Para Ben Gvir no se trata de un acuerdo de paz, sino de un “acuerdo de rendición al terrorismo”.
Además, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, puso en pausa su participación en el gabinete y no regresará si no se reanuda la guerra “con toda su fuerza” tras la primera parte del pacto. Incluso amenazó con “tirar al gobierno” si no se cumplen sus demandas; toda vez que la retirada de la facción de la que es líder — Partido Sionista Religioso — de la coalición gobernante supondría que Netanhayu pierda la mayoría en la Knéset (Congreso israelí), obligándolo a convocar a elecciones.
“Las imágenes de decenas de miles de habitantes de Gaza regresando a la parte norte de la Franja, y la presencia de hombres armados de Hamás deambulando por la zona con sus Toyota blancos, son evidencia del alto y terrible precio que Israel está pagando por el acuerdo”, dijo Smotrich.
Donald Trump
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca no ha significado un alivio para Oriente Medio, pese a que prometió a poner fin al conflicto. El republicano propone como solución definitiva el desplazamiento de millón y medio de palestinos en Gaza hacia Egipto y Jordania, lo que ha desatado la polémica.
Mientras figuras de la extrema derecha israelí, como el propio Smotrich, aplaudieron la iniciativa; Hamás adelantó que “frustará tales proyectos”. Si Netanyahu cede ante sus aliados ultraderechistas, podría ocasionar un recrudecimiento del conflicto.
Cumplimiento de acuerdos
La primera parte de la tregua ya ha tambaleado, pues Israel había pausado el retorno de civiles palestinos al norte de la Franja. Si bien ya se destrabó la negociación y está en marcha la primera parte del acuerdo, Hamás no había cumplido con la liberación de la civil Arbel Yehud, lo que provocó la momentánea suspensión del acuerdo. Se ha anunciado que Yehud regresará este 30 de enero a Israel, pero existen dudas sobre qué podría pasar si se presentan futuros desacuerdos.
Netanyahu ha declarado que si Israel necesita “volver a la lucha”, lo hará “de nuevas maneras y con gran fuerza”.
Las dudas sobre la última fase del acuerdo
De entrada este punto no ha sido discutido a profundidad por las partes, incluso no se sabe aún quién gobernará Gaza. Hamás ha sido debilitado considerablemente, mas no erradicado: mantienen cierta fuerza militar y expertos apuntan a que su legitimidad y popularidad han crecido. “Queda claro que Hamás se erige como el ganador de la guerra”, comentó el periodista y exdiplomático colombiano, Víctor de Currea-Lugo a Sputnik.
“En la medida en que Hamás obliga a Israel a negociar y que, incluso al final de esa negociación, se da el lujo de salir en público a dar la cara como lo viene haciendo.
“El Pueblo palestino tiene en alta estima a Hamás y a los otros grupos, por eso se vuelca en solidaridad con ellos”, agregó.
No obstante, Netanyahu ha remarcado que Hamás no volverá a gobernar la Franja de Gaza. Al inicio de la guerra, fue insistente en que iba a aniquilar al movimiento, y la línea dura de su gobierno lo sigue exigiendo.
Egipto y Jordania se oponen a las propuestas de Trump de enviar a dichos países a los habitantes de la Franja de Gaza y de disolver la causa palestina. La Cancillería de Egipto sostuvo que respalda “la firme determinación del Pueblo palestino de permanecer en su tierra”. Asimismo, ambos países, así como la gran mayoría en la región, ven con buenos ojos un gobierno de la Autoridad Palestina, que ya administra partes de los territorios ocupados por Israel en Cisjordania; sin embargo, Netanyahu también se opone a dicha medida.
Es una situación tan delicada, que el primer ministro se ha negado a tomar una postura al respecto. Declaró que la discusión comenzará “no antes de la victoria total y la erradicación de Hamás”.