El grupo palestino Hamás acusó este viernes al Gobierno de Estados Unidos de ser «cómplice directo» en lo que calificó como una campaña de hambruna y genocidio contra la población de Gaza, atribuida al gobierno de Israel.

La declaración surge tras la visita del enviado especial de la Casa Blanca para Oriente Medio, Steve Witkoff, a un centro de distribución de alimentos financiado por Washington, lo que Hamás calificó como un “espectáculo propagandístico” que busca encubrir los crímenes cometidos en la región.

“El gobierno estadounidense, bajo la administración de Donald Trump, se ha convertido en socio pleno de Israel en la política de exterminio contra nuestro pueblo. Su respaldo militar, político y económico legitima la ocupación y agrava el sufrimiento de millones de civiles”, señala el comunicado oficial difundido por Hamás.

Según datos de organizaciones locales, al menos 850 personas han muerto en torno a los centros de distribución humanitaria, ya sea por disparos del ejército israelí o por los enfrentamientos derivados del caos. A esto se suman más de 1,400 muertes en áreas cercanas a los puntos de ayuda, y 170 fallecimientos por desnutrición, la mitad de ellos solo en el último mes.

La organización islamista exigió al gobierno estadounidense que detenga su apoyo incondicional a Israel, promueva un alto el fuego inmediato y levante el bloqueo total a la Franja de Gaza, con el fin de garantizar la entrada de ayuda humanitaria sin restricciones.

En semanas recientes, múltiples agencias de la ONU y organizaciones no gubernamentales han alertado sobre el riesgo inminente de hambruna generalizada en la región, donde más del 90 % de la población padece inseguridad alimentaria severa.

La Casa Blanca no ha emitido una respuesta oficial a las acusaciones, aunque funcionarios estadounidenses han insistido en que su apoyo a la ayuda humanitaria en Gaza busca aliviar la crisis sin intervenir directamente en el conflicto armado.

La guerra en Gaza, que se intensificó desde octubre de 2023, ha dejado decenas de miles de muertos y heridos, la mayoría civiles, y ha provocado una de las crisis humanitarias más graves en la región en las últimas décadas.