Lo que debía ser una fiesta cívica terminó siendo un momento incómodo para la gobernadora Maru Campos. Ayer, durante su tradicional Grito de Independencia, la mandataria se enfrentó a un escenario casi vacío: muy pocos asistentes se presentaron para acompañarla en el Palacio de Gobierno, y cuando finalmente apareció, fue recibida con abucheos y reclamos por parte de algunos ciudadanos presentes.

El evento dejó en evidencia la desconexión de Maru Campos con la gente, en contraste con la energía y convocatoria que muestran los gobiernos de la Cuarta Transformación en actos patrióticos. Usuarios en redes no tardaron en compartir memes y videos, subrayando la falta de entusiasmo popular y la soledad del palco oficial.

Mientras tanto, la oposición observa con atención la caída de popularidad de la gobernadora, quien parece no lograr conectar con la ciudadanía ni generar confianza. Un Grito histórico… pero no por la celebración, sino por la vergüenza ajena de ver a la gobernadora sola ante tan poca gente.

Este episodio se suma a otros momentos polémicos de su gestión, dejando claro que, para Maru Campos, la popularidad no se compra, ni se finge.